Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo, es la invitación que nos hace la liturgia de hoy a trabajar por el Señor, pero para eso debemos aprender a escuchar en su Palabra y a creer en Dios y su misericordia,
La liturgia de hoy, nos recentra en nuestra vida cristiana y nos hace desear, con todas nuestras fuerzas, que los frutos de la redención se hagan presentes en nosotros, en nuestra vida y en nuestra familia.
Iniciamos el último tramo de la cuaresma, por eso la liturgia nos indica que que conviene intensificar la oración y la vigilancia para no perdernos un detalle. Hoy nos invita a confiar y tener fe, a perdonar y perdonarnos.
En esta época de Cuaresma, época de conversión sería maravilloso si nos detenemos a meditar, para en algo muy importante, pero que con frecuencia olvidamos, las cosas que el Señor hace por nosotros.
La Palabra de Dios, hoy, nos hace una clara invitación a soltar todas nuestras seguridades, y a dejar que los planes de Dios sean verdaderamente nuestros planes.