La frase con la que centraría la liturgia de hoy y la casi culminación de nuestro camino cuaresmal es, precisamente la del titulo de esta reflexión: “Unir nuestros corazones en una misma fe,”
La fiesta de la Anunciación a María es también, e indisolublemente, la fiesta de la Encarnación del Verbo de Dios. El comienzo de nuestra salvación. Dios ha entrado en la historia humana.