https://youtu.be/AFtOjTl2TXE
- Num 21, 4-9
- Sal 101
- Jn 8, 21-30
Estamos muy cercanos a su Pasión. Y la liturgia nos hace ver que El Señor quiere que el mundo se salve. Estos textos son más que persuasivos del que Jesús viene a salvarnos
Lo que les pasó a los judíos en su Éxodo, en su paso por el desierto, hasta llegar a la tierra prometida, es todo un símbolo de lo que nos acontece a cualquier cristiano de cualquier época. Los cristianos hemos prometido a Jesús seguirle hasta el final, en la travesía por esta tierra antes de llegar al nuevo cielo prometido. En esta travesía, tenemos momentos de euforia y momentos donde la tensión y el ánimo se nos vienen al suelo, sabemos de alegrías y de dolores, y también nos acecha la duda de si el Señor se habrá olvidado de nosotros y nos ha dejado solos.
Ante las quejas del cansado pueblo hebreo, y sus palabras contra Dios y contra Moisés, Dios, en primer lugar, se enfada, pero ante el arrepentimiento de su pueblo viene en su ayuda a través de la serpiente salvadora, clavada en un estandarte.
El evangelio de hoy nos sigue presentando el desarrollo de una larga controversia entre Jesús y los fariseos. De algún modo ellos buscan a Jesús, pero no lo encuentran porque no le conocen y lo buscan con criterios equivocados. El misterio de Dios en Jesús no cabe en los criterios con los que ellos lo miran. Por eso, Jesús insiste en varios momentos de este discurso, que es enviado; no hace nada por su propia cuenta, sino que responde totalmente a la voluntad del Padre; lo que dice y hace, es expresión del Padre. Sólo después que hayan levantado al Hijo del Hombre, lo comprenderán. La Buena Nueva de la muerte y de la resurrección revelará quién es Jesús.
Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre…» (Jn 8,28). En efecto, Cristo Crucificado —¡Cristo “levantado”!— es el gran y definitivo signo del amor del Padre a la Humanidad caída. Sus brazos abiertos, extendidos entre el cielo y la tierra, trazan el signo indeleble de su amistad con nosotros los hombres. Al verle así, alzado ante nuestra mirada pecadora, sabremos que Él es (cf. Jn 8,28), y entonces, como aquellos judíos que le escuchaban, también nosotros creeremos en Él. Afirma el Papa Francisco: “Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el “pan vivo”, el alimento indispensable. Unirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino…”, por eso como en la Oración de los Fieles, les invito a que le digamos: “atráenos hacia Tí, Señor”, pues sabemos que Jesús, siempre está dispuesto a echarnos una mano, y Justo ahí, desde lo alto de la cruz.
Continuamente tenemos que mirar a Jesús clavado en lo alto del madero, como los judíos miraban a la serpiente. Pero la cruz no nos habla solo de su muerte, nos habla también de su vida y de su resurrección y… de nuestra salvación, de nuestra llegada al nuevo cielo.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=28-03-2023
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/4-4-2017/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/14369/cat/565/lo-que-el-padre-me-ha-ensenado-eso-es-lo-que-hablo.html#modal
Palabra de Vida Mes de Marzo 2023
“ Vivan como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad,justicia y verdad» (Ef 5, 8-9) | https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/12/PV-03-2023_doble.doc
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.