La litugia de hoy nos invita a reflexionar acerca de nuestra coherencia, pues de nada nos sirve mostrarnos como buenos cristianos por el cumplimiento o las apariencias.
Cristo nos ha liberado para que seamos libres, por eso con el Salmista alabemos el nombre del Señor ahora y para siempre y mantengámonos alerta sobre el peligro de caer en el “síndrome de Jonás”.
Dos enseñanzas nos presenta la liturgia de hoy,:el lado humano de dos de los grandes lideres del cristianismo y la solicitud de los discipulos al Maestro “enseñanos a orar.”