https://youtu.be/3AUbpRgHuXA
- Gal 2, 1-2. 7-14
- Sal 116
- Lc 11, 1-4
La liturgia de hoy nos muestra, por un lado la desaveniencia entre Pedro y Pablo lo que luego va a dar como resultado
el Concilio de Jerusalén y en el evangelio Jesús nos enseña a orar con el Padrenuestro, modelo de oracion por excelencia.
En este pasaje de la primera lectura podemos ver el problema que se suscitaba en aquellos tiempos entre dos diferentes corrientes teológicas. Por un lado, san Pablo que predica a aquellos que no han conocido la Ley de Moisés, y por otro, san Pedro que predica a aquellos que toda su vida han tenido como norma todos sus preceptos. Ambos reconocen a Cristo como Señor, pero mientras que unos viven este señorío sin tantas restricciones y con más libertad, los judíos, atados todavía a muchos ritualismos y convicciones ancladas en su fe, la buscan acomodar a lo que para ellos ha sido parte de su historia de salvación.
En su encuentro con Cristo en el camino hacia Damasco, el apóstol Pablo había roto con su pasado de esclavitud, esa esclavitud de estar luchando continua e inútilmente con los preceptos humanos de su religión judía, y había encontrado la verdadera libertad, que consistía en mirar desde la perspectiva de Cristo la vida y la conducta cristiana. En la sujeción a los seres humanos y a sus reglas de conducta, había elementos de esclavitud. En cambio el apóstol, en su sujeción al Señor, disfrutaba de esa libertad que solo otorga el control del Espíritu Santo sobre la vida y proceder de los cristianos, dándoles fuerza y poder para vivir conforme al plan de vida que Dios ha establecido, para que en las luchas y conflictos, ellos puedan compartir la victoria que el conquistó con su muerte y resurrección.
Hoy es importante reconocer la acción de Dios en cada movimiento y en cada corriente teológica. Somos una Iglesia y en ella, como dice san Pablo, hay diferentes miembros, todos útiles y santos para el sano desarrollo del cuerpo. Reconozcamos que Dios puede “y de hecho actúa” en formas diferentes y particulares en cada movimiento. Aprendamos a respetarlos y a valorarlos, pues la verdad, es que para entrar en esa vida, que es el preludio de la vida eterna, solo tenemos que ser conscientes de la gran necesidad de tener esa relación con Dios, confiando en la eficacia del sacrificio de Cristo en la cruz a favor cada uno de nosotros.
En el texto del evangelio, vemos cómo uno de los discípulos le dice a Jesús: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos» Vemos enseguida que la oración, según Jesús, es un trato del tipo “padre-hijo”. Es decir, es un asunto familiar basado en una relación de familiaridad y amor. La imagen de Dios como padre nos habla de una relación basada en el afecto y en la intimidad, y no de poder y autoridad.
Afirma el Papa Francisco: “Esa palabra, ‘Padre’, es la manera de acercarse a Dios que Jesús enseña a los discípulos. El Papa Francisco nos ha recordado que ese acercamiento confiado es también el que tenemos que hacer cuando hablemos con Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús.
“Jesús no nos enseña fórmulas para congraciarse con el Señor; al contrario, nos invita a orar a Él, derribando las barreras de la dependencia y del miedo. No dice que se dirijan a Dios llamándolo ‘Todopoderoso’, o ‘Altísimo’, Tú que estas tan lejos de nosotros, yo soy un miserable. No, no. No dice así, sino simplemente “Padre”, con toda simplicidad, como los niños se dirigen al papá. Y esta palabra ‘Padre, expresa confidencia y confianza filial”, ha señalado Francisco”
Rezar como cristianos supone ponernos en una situación donde vemos a Dios como padre y le hablamos como sus hijos. Cuando los hijos hablan con sus padres se fijan en una cosa: transmitir en palabras y lenguaje corporal lo que sienten en el corazón. Llegamos a ser mejores mujeres y hombres de oración cuando nuestro trato con Dios se hace más íntimo, como el de un padre con su hijo. De eso nos dejó ejemplo Jesús mismo. Él es el camino.
Esta pequeña oración bien rezada tiene una profundidad tan grande que es capaz de llevarnos incluso a las más altas contemplaciones; el problema es que está tan desgastada ya que la mayoría de los cristianos la dicen de memoria y no logran profundizar en ella.
Porque como nos dice el Salmista, “grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad duran por siempre”, digámosle como los discipulos al Señor, “enseñanos a orar”.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://holybiblia.com/que-es-el-concilio-de-jerusalen-segun-la-biblia/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=05-10-2022
- https://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/vaticano/noticias/papa-francisco-explica-que-significa-rezar-padrenuestro-20181212_308716
- https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=601
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Octubre 2022
“Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza».2 Tim 1,7 https://ciudadnueva.com.ar/octubre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.