https://youtu.be/1uIqHsV-5vc
- Gal 3, 21-29
- Sal 104
- Lc 11, 27-28
La liturgia de hoy nos invita a escuchar la Palabra de Dios, pues como afirma el Papa Francisco; “Escuchar la palabra de Dios es leer y preguntarse: “¿Qué dice esto a mi corazón?. ¿Qué me está diciendo Dios con esta palabra” En efecto, solo así nuestra vida cambia. Y esto se produce cada vez que abrimos el Evangelio y leemos un pasaje y nos preguntamos: “¿Dios me habla con esto, me dice algo a mí? Y si me dice algo, ¿qué me dice?”. Esto significa escuchar la palabra de Dios, escucharla con los oídos y escucharla con el corazón, abrir el corazón a la palabra de Dios.”
Hoy tenemos tres maravillosas frases que nos deben llevar a la reflexión: en la primera lectura, Pablo afirma “si ustedes son de Cristo, también son descendientes de Abraham y la herencia que Dios le ha prometido, también le corresponde a ustedes.” El Samista: eso Señor es nuestro Dios y gobierna la tierra sus decretos” y el evangelio: “Dichosos todavía más los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.”
Y es que San Pablo con sus escritos a las distintas comunidades trata de que se profundice en la esencia del cristianismo. Esa necesidad que tiene todo discípulo de hacerse semejante al maestro. En este caso concreto, revestirnos de Cristo, tomar la forma del mismo Cristo: “Cristificarnos”. Hasta ese momento de la Encarnación, del recibir al Dios-con-nosotros, andábamos bajo el peso de la Ley. Este Jesús se muestra como Camino, Verdad y Vida. Puerta que nos abre hacia la salvación y nos hace ser hijos de Dios, cada vez que lo acogemos con sinceridad de corazón. No hay distinción de razas, lenguas, pueblos, tribus: Hijos de Dios.
Lo que Dios ama es la libertad del hombre, y ha venido a luchar por ella, como el enamorado quiere robar el corazón de aquella por quien ha enloquecido. El reto del hombre es salir de sí mismo, romper su naturaleza y entrar en la vida ajena, Dios quiere llegar al corazón humano y seducirlo. Esta es la gran provocación de la fe cristiana.
Es difícil identificar la voz de Dios en el coro de voces que pueblan nuestra jornada. Es difícil escuchar al enfermo. El reto es desalojarse de lo propio, romper la naturaleza y creer de verdad que somos dignos de un encuentro cara a cara con el mismo Dios.
Jesús, en diferentes momentos de su predicación, resaltó la importancia de la obediencia a Dios ya que esto es lo que garantiza nuestra comunión con él y con el Padre. Esto es hoy muy importante, pues hemos visto con tristeza cómo la obediencia, en general, se ha debilitado, y no somos ya capaces de renunciar a nuestra voluntad para hacer la voluntad del otro y esto en casos, incluso, muy sencillos. Jesús pone hoy como ejemplo a su Madre Santísima, quien renunció a una vida ordinaria en su matrimonio para asumir el rol de Madre de Dios; renunció a todos sus privilegios como Madre para convertirse en sierva; renunció a todo con tal de hacer siempre la voluntad de “aquel que la había amado y había mostrado preferencia en ella”.
En el texto del evangelio de hoy escuchamos la mejor de las alabanzas que Jesús podía hacer a su propia Madre: «Dichosos (…) los que oyen la Palabra de Dios y la guardan» (Lc 11,28). Con esta respuesta, Jesucristo no rechaza el apasionado elogio que aquella mujer sencilla dedicaba a su Madre, sino que lo acepta y va más allá, explicando que María Santísima es bienaventurada —¡sobre todo!— por el hecho de haber sido buena y fiel en el cumplimiento de la Palabra de Dios.
Se trata de una felicidad que es todavía mayor que la alegría de vivir, porque creemos en una vida sin fin, eterna. María, la Madre de Jesús, no es solamente afortunada por haberlo traído al mundo, por haberlo amamantado y criado —como intuía aquella espontánea mujer del pueblo— sino, sobre todo, por haber sido oyente de la Palabra y por haberla puesto en práctica: por haber amado y por haberse dejado amar por su Hijo Jesús. Como escribía el poeta: «Poder decir “madre” y oírse decir “hijo mío” / es la suerte que nos envidiaba Dios». Que María, Madre del Amor Hermoso, ruegue por nosotros.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Dïa.
- PíldorasdeFe.com
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/10/08/mas-alla-de-la-propia-naturaleza/
Palabra de Vida Mes de Octubre 2022
“Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza».2 Tim 1,7 https://ciudadnueva.com.ar/octubre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.