El prejuicio convive con nosotros, en nuestro día a día. Es tan común que llegamos a pensar que es menos pecaminoso o injusto por ser un pensamiento generalizado.
La liturgia de hoy nos lleva a reflexionar sobre el perdón, la Misericordia. El nos envía a seguir sanando los corazones oprimidos, llevándoles consuelo y esperanza,
La liturgia de hoy nos invita a reflexionar sobre quién es Dios, cómo es nuestra fe. Si realmente sentimos la cercanía de Jesús y la importancia que el Señor da a los problemas: los grandes y los pequeños.
La liturgia de la Palabra de este domingo tiene en común un reclamo a la fe, a vencer las dificultades para creer, para ser profetas en medio de esta sociedad actual.
Hoy vamos a meditar sobre la incredulidad de Santo Tomás y nuestra incredulidad y trataremos de encontrar el camino que el Señor nos brinda para ser crédulos.