La liturgia de hoy nos confronta con nuestras preocupaciones y el cómo vivir encima de ellas y no ahogarnos en ellas. Meditemos acerca de la fe y las acciones, que vienen a hacer referencia del tipo de Dios en el que creemos.
La liturgia de hoy nos muestra la generosidad de Dios con nosotros que desde siempre nos ha dado, como ejemplo para nuestra vida, lideres capaces de serle fieles y hoy nos invita también, a relacionarnos con El como sus hijos.
La liturgia de hoy nos invita a tener una fe sincera desde el corazón, no desde el afán y la honra humana, así tendremos la recompensa que el Señor a prometido a sus Hijos.
Hoy la liturgia nos pide a ser Misericordiosos como el Padre es Misericordioso con nosotros y esto no lleve a Amar como El nos Ama a nosotros, sin medida. Sino ¿qué mérito tenemos?
Al que te pide, dale”, nos invita la liturgia de hoy, pues como afirma el Salmista “Tu no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle “ que es lo que nos presenta la conducta de Jezbel y Ajaz en la primera lectura.
Los textos de la liturgia de hoy, Solemnidad de la Santisima Trinidad buscan orientarnos para poder contemplar la cercanía y la acción de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en nuestro acontecer personal y comunitario.
Hoy la liturgia nos invita a como San Bernabé, ser personas de fe, integras y llenas del Espíritu Santo, de tal modo que nuestro Sí sea un Sí y nuestro No sea un no.