https://youtu.be/dqm6r9yeC58
- 1 Jn 1,5-2.2
- Sal 123
- Mt 2, 13-18
Hoy celebramos la Fiesta de los Santos inocentes, aquellos niños que pagaron con su vida por la cólera de Herodes; pero esta no es una historia pasada. Hoy sigue repitiéndose. San Juan Pablo II en una Encíclica profética escrita en 1995 (¡hace más de 25 años! y parece escrita hoy). Nos dará muchas luces releerla: “Estamos frente a (…) una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera «cultura de muerte». Esta estructura está activamente promovida por fuertes corrientes culturales, económicas y políticas, portadoras de una concepción de la sociedad basada en la eficiencia. Mirando las cosas desde este punto de vista, se puede hablar, en cierto sentido, de una guerra de los poderosos contra los débiles. La vida que exigiría más acogida, amor y cuidado es tenida por inútil, o considerada como un peso insoportable y, por tanto, despreciada de muchos modos. Quien, con su enfermedad, con su minusvalidez o, más simplemente, con su misma presencia pone en discusión el bienestar y el estilo de vida de los más aventajados, tiende a ser visto como un enemigo del que hay que defenderse o a quien eliminar” (n 12). Son miles, sólo en Europa, las personas a las que se les ha aplicado la eutanasia (provocarles la muerte) sin consentimiento de aquel a quien se la aplican sino a petición de familiares, tutores o sanitarios. De este mod se pretende quitar “la carga” de cuidarlos, muchos de ellos son personas con enfermedad mental o neurodegenerativas. Los abortos se cuentan por millones en el mundo. Igualmente son millones, los embriones humanos congelados como fruto de la fecundación “in vitro”, que son personas y de los que nadie se considera responsable ni cuida.
Se hace especialmente urgente el reconocimiento del valor de cada vida humana. Necesitamos mirar al Niño Dios en el pesebre, “pequeño e indefenso”, siendo el Verbo por el que todo ha sido hecho, como nos enseña San Juan en el prólogo de su evangelio. Necesitamos clamar como Raquel en Ramá que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.
Tú, Señor, eres el custodio y el guardián de nuestras vidas. Necesitamos reconocer que “si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros”.
“Dios es Luz”, nos dice la primera lectura. La luz es una metáfora común en la Biblia. Proverbios 4:18 simboliza la justicia como “la luz de la aurora”. Filipenses 2:15 compara a los hijos de Dios que son “intachables y puros” con las estrellas en el firmamento. Jesús usó la luz como una descripción de buenas obras: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras” (Mateo 5:16). Salmo 76:4 dice de Dios: “Estás rodeado de esplendor”.
El hecho de que Dios es luz, establece un contraste natural con la oscuridad. Si la luz es una metáfora para la justicia y la bondad, entonces la oscuridad simboliza el mal y el pecado. 1 Juan 1:6 dice que “Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”. El versículo 5 dice, “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él”. Fíjese que no se nos dice que Dios es una luz, sino que Él es la luz. La luz es parte de su esencia, como lo es el amor (1 Juan 4:8). El mensaje es que Dios es sin reservas, completa y absolutamente santo, sin mezcla de pecado, sin contaminación de iniquidad y sin ningún indicio de injusticia.
Jesús, el Hijo de Dios sin pecado, es “la luz verdadera” (Juan 1:9). Como hijos adoptados de Dios, hemos de reflejar su luz en un mundo oscurecido por el pecado. Nuestro objetivo al testificar a los inconversos es “abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios” (Hechos 26:18).
Hoy, el Sol de justicia disipa las tinieblas del mal y hace brillar su luz sobre toda la naturaleza, el que asume nuestra naturaleza humana… En esta fiesta de la Natividad “las puertas de la muerte se han destrozado, se han roto las barras de hierro” (Sal 107,16); hoy se abren las puertas de la justicia… Porque “por un hombre, Adán, vino la muerte; hoy por un hombre viene la salvación” (Rm 5,18)
Necesitamos imperiosamente volver la mirada a quien es el autor de la Vida verdadera. Madre, no dejes de interceder por nosotros.
Bibiografía:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Píldorasdefe.com
- https://www.gotquestions.org/Espanol/Dios-luz.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/12/28/sin-dios-el-hombre-se-vuelve-contra-si-mismo/
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2022
“Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna” (Isaías 26, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Dciembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.