Hoy hablamos sobre la realidad de vida que todos compartimos: Estamos heridos; el asunto es que el adulto que siga sintiéndose interiormente un niño herido, jamás podrá adaptarse satisfactoriamente a la vida.
Hoy en la Conmemoración de los fieles difuntos, la liturgia no invita a reflexionar en tres dimensiones importantes en nuestra vida: la memoria, la esperanza y el camino que debemos recorrer.
En este artículo espero responder a la pregunta que nos hacemos tantas veces sobre ¿por qué es tan importante cuidar lo que guardemos en nuestra mente?
La liturgia de hoy nos invita a vivir el AMOR. Meditemos: ¿conocemos lo que es verdaderamente este Amor que nos propone el Señor? ¿Seremos capaces de amar así?