https://youtu.be/xA1RrWnaZDQ
- Rom 13, 8-10
- Sal 111
- Lc 14, 25-33
Hoy, en la primera lectura me sorprendía la expresión de San Pablo: «a nadie debáis nada, más que amor». Supongo que como a ustedes, no me parece una conducta saludable para el cuerpo, ni para el alma endeudarse, ni económicamente, ni vitalmente, las deudas vitales, los favores se convierten siempre en pesadas cargas. De hecho, me vienen a la memoria muchas invitaciones, algunas comidas que me han salido bien caras.
Sin embargo si pienso en mis deudas de amor, es decir, en aquel puñado de personas a las que les debo tanto por sus refuerzos positivos, por su cariño, por su entrega… ciertamente a lo largo de mi vid he contraído algunas deudas que no sé si podré pagar, pienso especialmente en aquellos a los que no puedo pagar porque ya entregaron la vida, o aquellos a los que he perdido la pista, pienso incluso rezo por aquellos con los que mi deuda es silenciosa, los que no se imagina el bien que me hicieron con aquel comentario, con aquel gesto, aquella palabra… ciertamente en el tema del amor estoy tan endeudado como los países en vías de desarrollo.
Ahora bien, soy consciente, que al que más le debo a Jesús, no sólo por el misterio de la redención, sino porque mi historia, es gracias a su presencia en mi vida historia de salvación… puedo leer, si pongo atención, como en los recovecos de mi biografía, el Señor, ha ido cambiándolo todo, en cuanto le he dejado un resquicio, puedo escuchar el susurro amigo en el momento del llanto, o aliento en la subida del monte, puedo verle, entenderle escondido entre los pliegues de mis vivencias, puedo entender que, efectivamente, la mayor deuda de amor, la tengo con Él.
Entonces entiendo que San Pablo nos hace ver que nuestras acciones deben ser coherentes con la manifestación de lo que en realidad se encuentra en el fondo de nuestro corazón, por lo que el amor no puede quedar encerrado en un sentimiento, ni en una filosofía, sino en acciones concretas.
Cuando se habla del amor no estamos aludiendo a un mero sentimiento o impulso, como nos comenta Fray Salustiano Mateos Gómara O.P. Es algo mucho más profundo que se convierte en raíz de todo lo que llevamos a cabo. Implica decisión, esfuerzo, autocontrol.
No se puede caer en el simplismo de reducirlo a mera palabrería. Sabemos que el amor es más exigente que cualquier otra ley. Por eso, la frase de S. Agustín “ama y haz lo que quieras” es muy sabia. El amor supone una disposición a poner ese amor en todo lo que llevamos a cabo.
Hoy el Señor en el evangelio nos habla en términos claros, afirma el Rev. D. Joan GUITERAS i Vilanova. El auténtico discípulo ha de amar con todo su corazón y toda su alma a nuestro Señor Jesucristo, por encima de todo vínculo, incluso del más íntimo: «Si alguno viene conmigo y no pospone (…) incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío»
Discípulo significa “seguidor”. Seguir las huellas del Maestro, ser como Él, pensar como Él, vivir como Él… El discípulo convive con el Maestro y le acompaña. El Señor enseña con hechos y palabras. Han visto claramente la actitud de Cristo entre el Absoluto y lo relativo. Han oído de su boca muchas veces que Dios es el primer valor de la existencia. Han admirado la relación entre Jesús y el Padre celestial. Han visto la dignidad y la confianza con la que oraba al Padre. Han admirado su pobreza radical.
El relato de este evangelio, nos indica el Fraile, se abre con una frase que nos facilita la comprensión de este texto: mucha gente acompañaba a Jesús. Tal vez, al ver a toda esa gente que lo acompañaba, Jesús decidiera aclarar bien cómo han de ser aquellos que, de verdad, quieran adherirse a su comunidad. Una vez más, propone no dejarse manipular por nada. Esa manipulación puede llegar, incluso, desde la propia familia. Por eso, enfatiza de forma llamativa un punto para aclarar mejor su propuesta. Tampoco dejarse esclavizar por el dinero y, ante ello, tener como objetivo seguirlo con decisión para colaborar en la extensión del Reino. Ese es el objetivo y es lo que ha de prevalecer ante posibles tentaciones. En definitiva, nos quiere libres, sin ataduras, explicando que estar con Él requiere discernir el abandono de muchas cosas para que, solo Él, dé sentido a nuestro vivir. Queda claro que Jesús no pide nada que él haya realizado antes. Por eso es nuestro mejor modelo.
El Papa Francisco lo expresó de forma gráfica al comentar este evangelio: “Jesús dice a sus discípulos: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo. Este es el estilo cristiano porque Jesús ha recorrido antes este camino. Nosotros no podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que Él ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo. Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús”.
Palabra de Vida Mes de Octubre 2021
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.