Hoy l liturgia se trata de elegir. De elegir, ni más ni menos, a qué Dios quiere servir.
Señor mío, hoy me pides que sea como un niño, particularmente me invitas a reconocer todo lo que he recibido.

Hoy l liturgia se trata de elegir. De elegir, ni más ni menos, a qué Dios quiere servir.
Señor mío, hoy me pides que sea como un niño, particularmente me invitas a reconocer todo lo que he recibido.
Seamos capaces de dar testimonio para que el mundo vea que es posible vivir felices y plenos tanto dentro del matrimonio como en el celibato con fidelidad. Pero también respetemos, acompañemos y comprendamos aquellas situaciones familiares que son diferentes. y seamos fieles también los que optamos por el celibato.
Jesús invita a llamar la atención al hermano “a solas”, es decir en el espacio de la intimidad que posibilita la escucha, el diálogo, el hacer proceso y la transformación necesaria que lleva a la reconciliación; un espacio de respeto al otro que huye de la acusación pública, la maledicencia y el hablar “por fuera” que tanto daño hace a las personas y que encima no sirve para nada.
Pero además nos invita a orar en comunidad de corazones, con El en medio.
Confiemos en el Señor y hagámonos pequeños ante los demás, y acojamos a los hermanos como a un niño pequeño: con ternura, con delicadeza, procurando su bien, buscando al que esté perdido y dejándonos encontrar por ellos.
En la espiritualidad cristiana a lo largo de la historia ha sido frecuente fijarse más en la muerte que en la resurrección, en el dolor y el fracaso, que en la alegría y el triunfo. Se impone lo evidente sobre aquello a lo que se accede sólo por la fe. De ahí puede derivar una espiritualidad triste, que podía tener el carisma de espiritualidad de derrotados resignados; o convencidos que ha sido el dolor, no el amor manifestado por Cristo en la cruz, lo que nos salva. Recordemos la alianza de Amor de Dios con su pueblo.
Hoy día del Señor continuamos con nuestra formación sobre le Eucaristia con el tema la Liturgia de la Palabra Y El Señor en la liturgia propia de este día, nos dirige sus palabras de vida que nos enseñan, las actitudes que debemos ir adquiriendo y practicando para convertirnos verdaderamente en sus discípulos.
En el mundo de hoy, sujeto a rápidos cambios y agitado por cuestiones de gran relevancia para la vida de la fe, es urgente, como lo hizo San Lorenzo, sostener la acción de la Iglesia en todos los campos de su misión.
Si no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque “quien quiera salvar su vida la perderá”
Al ser humano nos cuesta entender el misterio de Dios y, por ello, frecuentemente se siente inseguro (por la situación económica, la enfermedad, la violencia) y, no obstante, el conocer que tiene como aliado y Señor a Dios, siente que no podrá salir adelante y en ocasiones, cuando la situación es muy grave, incluso le reclama a Dios.