?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Sab 11, 22-12,2
- Sal 144
- 2 Tes 1, 11-2,2
- Lc 19, 1-10
La liturgia de este domingo, nos presenta una invitación del Señor, a participar plenamente de su acción por nosotros, sus hijos amados, ya que El no quiere que caigamos en desesperación, o en la desilusión, pues sus designios son de santidad para cada uno de nosotros.
Por eso el texto de la primera lectura nos lleva a descubrir su Misericrodia con cada uno de nosotros: “…a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco. ..” “Te compadeces de todos.. porque tu amas todo cuanto existe..” Con el salmista sigamos proclamando su compasión y miseicordia.
…’Dios les haga dignos de la vocación para la que los ha llamado..”, meditamos en la segunda lectura. Entonces debemos tener presente en todo momento, la importancia de la obra que Dios ha hecho en nosotros, su Iglesia, así la fe, poder creer y correrle a Dios, hace que los cristianos esperemos con alegría su venida.
Con el evangelio, nos dice el padre Yepes en el audio, podremos sacar tres enseñanzas concretas: al reconocernos pecadores desde lo mas profundo de nuestro ser, podremos alcanzar las grandes bendiciones de Dios y empezar con el camino de la transformación. Segundo; Dios no se cansa de buscarnos, de suscitar el cambio en nosotros. Hoy nos dice como a Zaqueo: …” bájate pronto porque hoy tengo que hospedarme en tu casa” No lo rechacemos, no pospongamos por ninguna razón este encuentro con el Señor. Recordemos hoy, muy especialmente nos espera en la Eucaristía.
Y la última enseñanza la extraemos de la pronta respuesta de Zaqueo; renunciar a lo que no es definitivo, por ir tras lo único que es primordial: el AMOR DE DIOS presente en nuestra vida.
Continuando con nuestra formación sobre la Eucaristia. Concretamente el Credo, seguiremos con el Catecismo de la Iglesia Católica 485-421 La Caída.
No podemos dudar que Dios es infinitamente bueno y todas sus obras son buenas, sin embargo el mal existe, hay sufrimientos, injusticias, etc. El misterio del mal (2 Tes 2,7, solo se esclarece a la luz del misterio de la piedad (1 Tim 3,16)
El diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber decidido libremente y de forma definitiva, no servir a Dios y su designio. Ellos intentan constantemente seducirnos para seguir su camino de rebeldía contra Dios.
Igual que ellos nosotros, muchas veces, en el uso de nuestra libertad, optamos por actuar y alcanzar Las cosas por nuestro propio fin al margen de Dios.
“El mundo que los fieles cristianos creen creado y conservado
por el amor del creador, colocado ciertamente bajo la esclavitud del
pecado, pero liberado por Cristo crucíficado y resucitado, una vez que fue quebrantado el poder del Maligno… ” (GS 2, 2).
No dice el Papa Francisco: …”Jesús es quien, con la fuerza del Espíritu Santo, nos libra del mal que tenemos dentro, del pecado que la Ley podía impedir, pero no eliminar.
Sin embargo, el mal es fuerte, tiene un poder seductor: atrae, cautiva. Para apartarse de él no basta nuestro esfuerzo, se necesita un amor más grande. Sin Dios no se puede vencer el mal: solo su amor nos conforta dentro, solo su ternura derramada en el corazón nos hace libres. Si queremos la liberación del mal hay que dejar actuar al Señor, que perdona y sana. Y lo hace sobre todo a través del sacramento que estamos por celebrar. La confesión es el paso de la miseria a la misericordia, es la escritura de Dios en el corazón. Allí experimentamos que somos preciosos a los ojos de Dios, que él es Padre y nos ama más que nosotros mismos.”
Mes de noviembre
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.