Categoría: Liturgias Diarias

La liturgia nos presenta, aquello que nos distrae del camino a seguir para cumplir la Voluntad de Dios y nos lleva a caer en ritualismos externos que socavan la fe y nos llevan a pedir señales.

Nuestra vida se entreteje entre dificultades y alegrías, luchas y esperanzas; la liturgia nos muestra el camino para acoger la luz de la esperanza que El trae a nuestra vida y llevar a los demás este mensaje para edificar su vida.

Cristianos a mitad del camino, no jamás; todos somos llamados a esta vocación profética desde el bautismo y tendríamos que plantearnos por qué preferimos que nos despierten a despertar.

La liturgia de hoy nos invita a priorizar al Señor, como El nos prioriza a nosotros. Misericordia quiero y no sacrificios…

¿Estamos dispuestos/as a cargar con su yugo y aprender de Jesús?

Hoy la liturgia nos presenta empequeñecimiento, la acción de gracias y la relación intima con Dios para conocer al Padre.

Las tentaciones, los placeres terrenales, el sufrimiento no asumido desde Dios y el pecado, endurecen nuestro corazón y nos alejan del Amor de Dios porque rompemos nuestra relación con El.

La liturgia de hoy, denuncia sin ambages la hipocresía de un culto religioso que se cree capaz de comprar a Dios y sus favores o, incluso, de engañarle,
Y nos invita a seguir a Jesus con actitudes de radicalidad y entrega, priorizándolo ante todo otro amor, cargando la cruz e invitándonos a hacer todo por Amor, aunque lo consideremos pequeño.

Hoy en la festividad de San Benito, quien nos deja como legado su Regla de oro: Reza y trabaja, ponte en manos de Dios y construye su ciudad en la tierra, para hacerte una morada también en el cielo; las lecturas del día nos iluminan sobre cómo ajustarnos en esta tarea religiosa.