San Juan nos advierte lo inconveniente de amar al mundo y lo qué hay en el. El evangelio nos muestra a la Sagrada Familia cumpliendo lo que prescribía la ley, y como el Señor se manifiesta en este encuentro de generaciones.
Hoy preguntémonos como vivo la Navidad, con las prescripciones del mundo o con la obediencia a la Voluntad de Dios?
La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de toda familia.
El martirio, es, no solo es cosa del pasado, también en estos momentos nos encontramos con mártires de la fe en diversos lugares del mundo y que, al igual que estos santos que hoy conmemoramos, son inocentes, pero saben que están en la Verdad, y que su vida no tiene sentido sin su fe.
Nos hemos sentido alguna vez “perseguidos” por declararnos y actuar como cristianos?
La liturgia hoy nos invita a que corramos en la fe. A lo mejor cojeamos un poco con una fe cansada y rutinaria, o puede ser que los “músculos” de nuestra fe se encuentren débiles y acalambrados. Para ganar este maratón el mejor entrenamiento es amar y dejarnos tocar por Dios para nacer de nuevo.
La actitud de Esteban que imita fielmente el gesto de Jesús, es una invitación dirigida a cada uno de nosotros a acoger con fe de las manos del Señor aquello que la vida nos reserva de positivo y también de negativo” “Señor Jesus, recibe mi espíritu.”
El deseo de Navidad del Papa Francisco es que el Emmanuel “sea luz para toda la humanidad herida”, que “ablande nuestro corazón egoísta” y que nos haga “instrumentos de su amor”
Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, nos dice un villancico. Y es que hoy estaremos celebrando la Vigilia de Navidad, en que la Liturgia hace sentirnos envueltos en la ternura del amor de Dios, mientras que, al mismo tiempo, nos demanda un amor práctico a Dios y a nuestros semejantes.
El llamado a unas horas de celebrar la Nochebuena es pues: Abre hoy el corazón para recibir las Misericordias de Dios que renuevan y transforman la vida.(ver nota al pie de la Palabra de vida)
Ya viene el Emmanuel, Dios con nosotros. El Señor habla hoy a nuestros corazones por medio de su Palabra que es Cristo, el cumplimiento fiel de las promesas que Dios ha realizado y que viene a ofrecernos su amor y su salvación.