Hoy el Señor nos invita a reflexionar sobre nuestra ceguera espiritual, esa que nos hace ver con indiferencia al hermano necesitado y que también nos lleva a no ver con claridad la grandeza de su obra.
La liturgia de hoy, nos ofrece un nuevo modo de vivir el seguimiento de Jesús, no como ley que obliga sino como estilo de vida elegido con total libertad.
Terminamos así el tema que hemos venido desarrollando durante la semana: “Necesitamos participar en la Eucaristía”. Hoy con la pregunta, ¿Cómo conseguir estar bien a gusto en Misa?