https://youtu.be/Zb8vGYWEB04
- Gen 2, 4-9. 15-17
- Sal 109
- Mc 7, 14-23
La liturgia de hoy, nos mueve a exclamar con el Salmista: “Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.” Y es que en el texto del Génesís, nos habla de Dios como de un alfarero que se pone a formar del polvo de la tierra a un hombre. Todo lo hace él: los manantiales, las plantas, los árboles… pero con especial cariño y detención hace el cuerpo humano.El texto, hace hincapié en el hecho de que Dios, por medio del agua, da vida a la tierra; y a través de su aliento, da la vida al hombre Es la forma cercana de decirnos que Dios para hacer al hombre se deshace en atenciones y el hombre se convierte así, en un ser vivo.
Interesante también en este segundo relato de la creación, que el autor sagrado nos presenta no sólo el dato de la creación del hombre, el cual recibe el “aliento divino” (imagen del ser semejante a Dios), sino que inicia la instrucción acerca de la obediencia que el hombre debe tener a Dios.
Es importante notar cómo Dios le da al hombre TODO, excepto un árbol. Por otro lado, vemos que Dios no le prohíbe comer de ese árbol, solo porque a Dios se le antoja, sino que sabe que el día que coma “morirá sin remedio”. Todos los mandamientos de Dios tienen detrás suyo el amor de Dios por nosotros que busca que no nos dañemos, y no una voluntad egoísta.
Cuando nosotros desobedecemos a Dios nos lastimamos profundamente, algo dentro de nosotros sangra y puede llegar hasta morir. Aprendamos a tenerle confianza a Dios pues, si él dice que moriremos es porque así será. Evitar el pecado y obedecer a Dios al único que beneficia es a mí. Aprendamos a obedecer, pues en la obediencia está la verdadera felicidad.
Y al meditar en el texto del evangelio, este nos habla de cuidar la pureza de nuestro corazón. Más que las formas externas, o como se dice popularmente «el cumplimiento, es decir, el cumplo y miento», debemos ser sinceros con nosotros mismos.
Sólo nuestra voluntad puede estropear el plan divino y hace falta vigilar para que no sea así. Muchas veces se meten la vanidad, el amor propio, los desánimos por falta de fe, la impaciencia por no conseguir los resultados esperados, etc. Por eso, nos advertía san Gregorio Magno: «No nos seduzca ninguna prosperidad halagüeña, porque es un viajero necio el que se para en el camino a contemplar los paisajes amenos y se olvida del punto al que se dirige».
Afirma el Papa Francisco: “Todos estos pedazos del corazón que están hechos de piedra, el Señor los hace humanos, con aquella inquietud, con aquella ansia buena de ir hacia adelante, ¡buscándolo a Él dejándose buscar por Él!
¡Que el Señor nos cambie el corazón! Y así nos salvará.
Convendrá, por tanto, estar atentos en el ofrecimiento de obras, mantener la presencia de Dios y considerar frecuentemente la filiación divina, de manera que todo nuestro día —con oración y trabajo— tome su fuerza y empiece en el Señor, y que todo lo que hemos comenzado por Él llegue a su fin.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/02/08/sobre-pureza-e-impureza/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=08-02-2023
- http://es.catholic.net/op/articulos/48721/la-pureza-de-corazn.html#modal
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Febrero 2023
Tú eres el Dios que me ve” (cf. Génesis 16, 13) https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/12/PV-02-2023_doble.doc
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.