Sabiendo que somos hijos de Dios y que El nos ama, muchas veces le exigimos las cosas como si las mereciéramos. Nos olvidamos que como sus criaturas el,tiene derecho sobre nosotros y nosotros deberes con El. Acudamos a su Misericordia.
Pidamos al Señor la gracia de ser y sentirnos trabajadores responsables de la viña que nos ha encomendado, que la cultivemos con los talentos que de Él hemos recibido
Aprendamos de la obediencia y fidelidad de San José y creceremos en la fe y la esperanza. Tendremos así, actitudes sanas para la lucha por nuestras familias que están siendo azotadas por corrientes .que las están llevando a la desintegración.
Seqn misericordiosos, como su Padre es Misericordioso, para ello nos dice el Papa Francisco es necesario, el conocimiento de sí mismo y agrandar el corazón.
Reconciliación y perdón están siempre presentes en la relación de Dios con nosotros. Pues hagamos como El nos dice: “si tu hermano tiene queja contra ti…”