Hoy nuestra meditación con el Corazón de Jesús, nos muestra que través de las heridas puedo llegar hasta el fundamento donde puedo vislumbrar el amor de Dios en el que llego a ser uno de un modo nuevo conmigo mismo y con DiOS.
Este mes de junio está dedicado al Sagrado Corazón, podemos experimentar en la oración, la invitación a acudir a Jesús, llevando nuestros cansancios y dificultades, para encontrar descanso y así aprender de Él, que es “manso y humilde de corazón.
La liturgia nos hace una invitación a transformarnos cada vez más en la imagen del Señor, que también podemos traducir, por la de cristificarnos, a movernos del precepto a una actitud concreta, pasar de una moral de mínimos a una ética de máximos-
Venerar al Sagrado Corazón de Jesús es participar en una gozosa unión con la pasión de nuestro Señor. Es ser participe del Amor que nos en el mismo Dios. Es ese Amor que no pasa
Las lecturas de la eucaristía en este día, nos llevan a preguntarnos, sobre con qué espíritu, qué afectos, qué pretendemos cuando ajustamos nuestra vida a la ley, en sus diversos niveles.
Con la veneración al Corazón de Jesús, El quiere enseñarnos lo más profundo de su ser, desea hacernos saber que su corazón es el centro de su amor hacia el hombre.