La liturgia de hoy nos brinda un esperanzador mensaje para no desfallecer y tener la certeza de la misión del Señor en nuestra vida: perdonarnos los pecados y darnos la salvación.
Hoy queridos lectores reflexionamos sobre aspectos importantes del Adviento, esos que buscan salir de la desesperanza y más bien agrandar el corazón y que lo abra a la gratuidad al entregarse.
La liturgia de hoy nos deja un mensaje claro debemos ser colaboradores del plan redentor que Cristo nos ha revelado. Para ello El nos ha marcado el camino, nuestra deber es no desviarnos de él ni a derecha, ni a izquierda.
El Adviento, nos muestra la liturgia de hoy, es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
La liturgia que vamos escuchando estos días vienen a apoyar nuestro camino de renovación de nuestra vida cristiana y a cimentar así nuestro caminar sobre la Roca Firme.