Confiemos en el Señor plenamente, El nunca nos fallará
https://youtu.be/KHZxg2RMFG8
- Is 29, 17-24
- Sal 26
- Mt 9, 27-31
Hoy la liturgia nos hace un llamado a la confianza y así acrecentar nuestra fe y como fruto de ella el Señor nos diga como a los ciegos: “Que se haga en ustedes conforme a su fe”.
Cuando todo a nuestro alrededor parece perder sentido, cuando los problemas de la vida parecen oscurecer nuestra existencia, el Señor nos hace ver que él es nuestra salvación; “ los sordos oirán…, los ojos de los ciegos verán sin tinieblas…” Para él no existen las tinieblas ni la oscuridad, tampoco existe la palabra “imposible”. Confía tu vida al Señor, él -y solamente él- es tu salvación, tu roca, tu refugio y fortaleza.
Este oráculo de Isaías, pronunciado cuando la alianza con Egipto ha fracasado, cuando los líderes religiosos se han corrompido y el poder público no da ninguna muestra de alivio, el profeta le recuerda al pueblo que Dios es su victoria.
Afirma Sor Cristina Tobaruela O. P., que la palabra profética de Isaías suena en nuestros oídos y invitándonos a hacernos pobres, desprendidos, generosos, entregados; a contar con Dios y permitirle que cuente con nosotros para la acción liberadora de los hombres
El salmo 26 es un salmo de confianza en el Señor. Es el salmo de los pobres que confían en el Señor, juez justo. Lo invocan como luz, salvación, fortaleza, que toma partido por el inocente y perseguido. El pobre confía en el Señor porque sabe que está del lado de los que buscan la justicia.
Nuestra preparación de Adviento, a la fiesta en la que el Dios que salva se hace hombre, debe forzosamente incluir una vitalización de nuestra fe en el Dios que no nos abandona, a convertirnos en Anawin y con el Salmista podremos decir: “El Señor es mi luz y mi salvación…. El es la defensa de mi vida…La bondad del Señor espero ver en esta misma vida”
En este primer viernes de Adviento, dice Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM, el Evangelio nos presenta tres personajes: Jesús en el centro de la escena, y dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su desgracia.Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
También nosotros, nos explica el Papa Francisco, hemos sido “iluminados” por Cristo en el Bautismo, y por ello estamos llamados a comportarnos como hijos de la luz. Y comportarse como hijos de la luz exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar hombres y cosas según otra escala de valores, que viene de Dios. El sacramento del Bautismo, efectivamente, exige la elección de vivir como hijos de la luz y caminar en la luz. Si ahora os preguntase: “¿Creéis que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Creéis que puede cambiaros el corazón? ¿Creéis que puede hacer ver la realidad como la ve Él, no como la vemos nosotros? ¿Creéis que Él es la luz, nos da la verdadera luz?” ¿Qué responderíais? Que cada uno responda en su corazón.
Este tiempo de Adviento, concluye el fraile, es el adecuado, también para nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como los dos ciegos, haciendo comunidad, haciendo Iglesia. Con la Iglesia proclamamos en el Espíritu Santo: «Ven, Señor Jesús» (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. El Adviento es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2021
«¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Se-ñor!» (Lc 1, 45) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.