Categoría: Liturgias Diarias

No se puede conocer a Jesús en primera clase. A Jesús se lo conoce en lo cotidiano de todos los días. No se puede conocer a Jesús en la tranquilidad, ni siquiera en la biblioteca….

La liturgia de hoy nos confronta con nuestra realidad espiritual. En esta época de Cuaresma estamos llamados a encaminarnos, como el pueblo en es Exodo hacia la libertad, sin embargo igual que ellos somos de cabeza dura,,pues a pesar de todas las manifestaciones que el Señor ha hecho, y siguen haciendo,  en nuestra vida; ante…

Jesús es el reflejo del Padre; lo manifiesta, lo dice… ¿yo soy reflejo de Jesús? ¿Qué están reflejando mis acciones?

La liturgia de hoy muestra que la compasión del Señor hacia los enfermos es una clara señal de que ha llegado el reino de Dios. Sus curaciones eran signos que anunciaban una curación más radical: la victoria sobre el pecado y la muerte por su Cruz y su Resurrección. Del texto del profeta Ezequiel se…

Muchas veces, ponemos nuestra fe en las palabras dl mundo. El Señor nos invita a creer en su Palabra y ponernos en camino como lo hizo el funcionario real. A creer en su Misericordia, Amor y Perdón y alabarle eternamente.

Hoy el Señor nos muestra el único camino para vivir la Pascua, para quem como nos invita la primera lectura, significar el inicio de una nueva etapa, ese camino es la reconciliación como nos indica Pablo en la segunda lectura y poder cantar junto al salmista las maravillas del Señor, de ese Señor Misericordioso que nos nos revela el Evangelio.

Esta es la más,importante norma: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amaras al Señor, tú Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas… Amarás al prójimo como a ti mismo.

“Escuchen mi voz y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo, caminen por el sendero que yo les mostraré, para que les vaya bien”. Esta es la llave para disfrutar de las bendiciones que el Señor nos da cada día.

No vayas a olvidarte de estos hechos que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de tus hijos.