?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Gen 22, 1-19
- Sal 114
- Mt 9, 1-8 o
Hoy la liturgia nos invita a confiar en el Señor, El es bueno, justo y misericordioso, como nos dice el Salmo
Con la meditación del Génesis, llegamos al culmen del itinerario espiritual de Abrahán. Comenzó cuando Dios introdujo un giro radical en su historia al pedirle salir de su tierra y asegurarle que haría de él una gran nación. Dios le había pedido entonces renunciar a su pasado. Ahora le pide renunciar a su futuro, a su hijo único. Entre uno y otro momento, un proceso de abandono de sí mismo y crecimiento en la voluntad de Dios. Al anteponer el amor a Dios al amor a su propio hijo quedó abierta la vía de la promesa que Dios le había hecho.
El núcleo del relato no es el mandato de Dios de ofrecer a su hijo en sacrificio ni la obediencia inicial de Abrahán. Es la orden divina: «No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios». Abrahán toma entonces conciencia de estar ante un Dios de vida que no quiere sacrificios humanos. Su conciencia religiosa se abre hacia el conocimiento y la fe en un dios distinto a los que eran adorados en el contexto geográfico de los antepasados de Israel. El auténtico Dios bíblico es el que tiene como preocupación fundamental la vida y exige a sus seguidores que la respeten.
El evangelio nos lleva a descubrir cómo el hijo de Dios nos trae, si le abrimos nuestro corazón, si confiamos en El, la sanacion integral., como lo hizo, admirado por su fe, con el paralitico.
Y a nosotros, ante nuestra actitud, muchas veces como la de los escribas, nos confronta nuestra falta de fe.
El Papa Francisco, nos dice: …”así es la misericordia de Dios: una gran luz de amor, de ternura. Dios perdona pero no con un decreto, sino con una caricia, acariciando nuestras heridas del pecado. Porque Él está implicado en el perdón, está implicado en nuestra salvación.
¡Levántate toma tu camilla y vete a tu casa! El se levantó y se fue a su casa.!
En medio del trabajo y del ruido, poco a poco se nos va olvidando la conciencia de ser pecadores, personas necesitadas de perdón. Dios nos recuerda nuestras propias faltas en nuestra conciencia; pero no se queda ahí: Él mismo está dispuesto a curarnos y a ayudarnos a levantarnos cada día más de nuestros defectos. Es necesario que pidamos siempre perdón a Dios por Jesucristo. Él tiene el poder de devolvernos la salud, tanto espiritual como corporal. ¡Ten fe!
Mes de junio
Sirve a los demás como a ti mismo
Conviértete en un mayordomo de tu propia vida. Trátate con cariño, eres un hijo de Dios. Alimenta tu alma y espíritu con cosas sanas y sírvete del mejor plato: el Amor de Dios.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.