Buenas noches, hoy me tardé en esta cuarta meditación en el Setenario de mi esposo, Reinaldo Grant.
Ayer en la Eucaristía, nuevamente dimos gracias al Señor por otro de los eventos que marcaron su vida y que luego les voy a contar.
Recordábamos a San Martín de Porras, quien como sufrió mucho por la discriminación racial. En el peregrinar por la vida de mi esposo, como en la de San Martín, , hubo también momentos difíciles por la misma razón desde niño, incluso cuando éramos novios y posteriormente esposos. Eso le ocasionó mucho dolor y problemas de autoestima, y es que como mulato, lo sufrió tantos de los blancos, pero de muchos negros también, por su color y por haberes criado en San José y no hablar patuá.
Primero quiero compartirles que los textos de la liturgia de ayer nos invitaban a dejarnos amar por Dios, personalmente creo que es lo más maravilloso que nos puede pasar, pues no hay amor más grande, puro y pérlenme que el Amor de nuestro Padre Dios por cada uno de nosotros sus hijos.
Y les puedo asegurar que el Señor le mostró, como a muy pocas personas que yo conozco, a mi esposo, cuánto lo amaba. Y uno de ellos es el evento de su vida que les paso a compartir y por el que le dimos gracias a Dios en la Eucaristía de ayer.
Nando estaba en la edad de colegial y en las travesuras propias de los adolescentes, le cogió la moto a un amigo sin permiso y cuando iba conduciéndola tuvo un accidente, se estrelló contra un vehículo que estaba estacionado, ocasionándose heridas muy severas, se fracturó la base del cráneo. Producto de ello, estuvo inconsciente por varios días, (yo cuando eso no lo conocía todavía), por supuesto la hermana muerte lo invitó hasta la presencia del Señor y por poco lo logra, a tal punto que un sacerdote amigo que luego conocí, me contó que Nando con la plata que habían recogido para comprar el ataúd, se compró su primer reloj. Y el doctor que lo recibió en emergencias a quien nos encontramos y me presentó siendo ya esposos, me dijo: “Ay señora discúlpeme por dejarle esa cicatriz tan fea en la ceja, pero es que yo dije, voy a remendar un poquito al muertito para que no quede tan feo.
Sin embargo, el Señor por intercesión de María Auxiliadora, a quien doña Olga, su mamá, le suplicó por la vida de su hijo, le dijo a la hermana muerte nuevamente, aun le falta peregrinar. Y cuando llevaban a Nando para el quirófano a ver si poniéndole una platina en la fractura del cerebro, recobraba la conciencia a riesgo de las consecuencias que le quedaran, que podrían ser severas; Nando recobró el conocimiento, sin necesidad de intervención quirúrgica alguna.
A mí me encanta la figura bíblica de Jesús el Buen Pastor; El nos conduce en el camino, esta figura es paradigmática para la comprensión de la idea del peregrinar de discípulos.
El Dios de nuestros padres es el pastor que ha cuidado de su pueblo siempre, el Dios fiel a las promesas hechas a los Padres.
El Salmo 23, expresa no solo la certeza de que Dios guía su pueblo, sino también la convicción de que Dios es el salvador que preserva de los constantes peligros a que está sometido el rebaño de Dios. Este Jesús que se abajo por Amor a nosotros y que fue hasta esa camilla de hospital que le dijo a mi esposo, ¡despierta!, el mismo que le dijo a la hija de Jairo, ¡levántate!
Esta es, nuevamente, la forma en que el Señor le demostró a mi esposo su Amor, dándole otra oportunidad más, para seguir peregrinando y transformando su vida para que cuando Él lo llamará a su presencia, Nando le pudiera decir con toda paz, como lo hizo este 29 de octubre, ¡Aquí estoy Señor para hacer tu Voluntad!
¿Verdad que el Señor es maravillosamente Misericordioso? Bien lo afirma el Salmo de ayer: “El que busca al Señor será dichoso, bienaventurado porque al Encontrarse con El, contemplará cara a cara el Amor y allí serán sanadas todas las heridas que la vida nos pueda haber infringido el mundo. Ya a Nando, nadie lo va a discriminar, ni por ser pobre, ni por ser negro. Allá junto con Los Ángeles y Santos está feliz y lleno de gozo. ¡Alabemos, bendigamos y agradezcamos al Señor!
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.