Todos sabemos que la zona de confort es sumamente apacible, y por lo tanto atractiva. En ella nos encontramos a salvo, pero no dura para siempre, puede que hallamos pasado por alguna de estas experiencias: un día nos despiden o nos deja nuestra pareja, o cualquier otra circunstancia llega a nuestra vida, y aparece entonces, la necesidad de pasar a la acción buscando alternativas en las que no habíamos pensado.
Todos nos enfrentamos en la vida a problemas y obstáculos ante los cuales muchas veces nos quedamos paralizados. Nos parece que un problema es irresoluble o que, simplemente, no tenemos el talento o la capacidad necesarios para encontrarle una solución.
Muchas personas no saben qué hacer cuando su relación con otro ser humano no es como les gustaría que fuera. Otras quisieran atreverse más en la vida, hacer algo nuevo, sea un deporte, un curso o un nuevo trabajo, pero al final algo se les interpone en el camino y abandonan. Hay seres humanos que aspiran a sentirse un poco más valiosos y respetados, pero que, finalmente, tras una serie de intentos fallidos acaban resignándose a su situación.
Ante ciertos retos, se nos nubla la mente, nos cuesta pensar con claridad mientras notamos que nos invade la angustia, se nos hace un nudo en el estómago y sentimos como si algo nos robara toda nuestra energía. Para que generemos nuestros propios estados de ansiedad es suficiente con que nos imaginemos que en el futuro van a aparecer problemas y que vamos a ser incapaces de resolverlos.
La ansiedad es un estado de inquietud en el cual sufrimos en el presente por algo que ni siquiera sabemos con certeza que se va a manifestar en el futuro.
Todo ello hace que sea necesario conocer las profundidades de nuestro interior para comprender mejor de dónde surgen nuestras verdaderas limitaciones. Si queremos aumentar nuestra capacidad para resolver problemas y deseamos potenciar nuestra competencia a la hora de descubrir oportunidades, necesitamos aprender cómo transcender los límites que nuestra mente nos impone.
Reinventarse es fruto de algún detonante, no es algo que las personas hagamos por gusto. No se trata de cambiar quiénes somos sino de trabajar en nosotros mismos sin perder nuestra esencia.
El concepto de “reinventarse”, se refiere a la necesidad que el ser humano experimenta en algunos momentos clave de su vida de reconducirla, de reconstruirla, dotándola de un nuevo sentido.
Esto me recuerda el libro que probablemente muchos conocen “El Caballero de la Armadura Oxidada” de Robert Fisher, que mediante una muy amena fábula presenta miedos e inquietudes que todos hemos tenido que afrontar en algún momento de nuestra vida ante esta necesidad de reinventarse que en el libro se presenta como tres castillos y una cima.
Sin embargo, es importante tener presente que este proceso reinventarse , no es fácil, podremos encontrarnos con días grises. Y que mejor para explicar esto que el siguiente artículo del Padre Toto en su llegada a Lima, titulado, “El cielo gris.”: Llegamos bien Gracias a Dios, un vuelo tranquilo y en menos tiempo de lo programado.
Me ha impresionado el cielo de Lima, siempre gris, como si estuviera a punto de llover. Pregunté y me dijeron que siempre era así sobretodo en invierno, le llaman la Lima Gris.
Pensaba en los días grises en nuestra vida. No siempre podemos vivir días radiantes, con ánimo al tope. El cielo de Lima me recuerda que está bien no estar siempre bien. Me parece necesario repetirlo: está bien no estar siempre bien.
La dimensión pascual de nuestra vida cristiana nos asegura que el final es victorioso. Pero eso no quita que durante el camino nos topemos con momentos que parecen derrota; rezamos en la Salve “en este valle de lágrimas”. Me impresiona leer que el gran profeta Elías, el profeta de fuego, el mismo Elías que apareció junto a Moisés en el monte de la Transfiguración, lo encontramos sumido en tristeza metido en una cueva diciendo: “Basta ya, Señor. Quítame la vida…”.
¿Quién de nosotros no ha experimentado días llenos de tristeza? Es inevitable. La tristeza es una de las seis emociones básicas, es una emoción útil, aunque dolorosa puesto que es el punto de arranque del proceso de aceptación de una realidad que nos daña. Funciona como una alarma que nos invita a reflexionar sobre áreas de nuestra vida que consideramos no están dónde queremos que estén. Pueden incluso ayudarnos a salir de situaciones que no nos gustan, pensando sobre lo que queremos y lo que no. Ya sea una relación de pareja, un trabajo o algo de nosotros mismos. Nos incita a probar nuevos caminos y a abrir puertas que antes teníamos cerradas.
La felicidad es muy deseable, pero querer sentirla ‘siempre’ nos lleva irremediablemente al fracaso. Es imposible estar siempre bien. Los cielos grises son parte de la vida y de la vida en santidad también. Además de ser contraproducente, ¿te imaginas sentirte maravillosamente después de sufrir un golpe importante en tu vida? No pretendo hacer una defensa a esta emoción y que parezca una invitación a la tristeza, todo lo contrario. Simplemente quiero que quede claro el hecho de que reprimir las emociones no hará que nos deshagamos de ellas. Tarde o temprano aparecerán por otro sitio, y aunque es todo un misterio cómo lo harán lo único seguro es que lo harán sin avisarnos.
Si por un lado afirmo que tenemos derecho a estar tristes, por otro lado, quisiera decir que es necesario cuidar que la tristeza no se transforme en depresión. La tristeza es una emoción, la depresión es un trastorno emocional, y como tal debe ser tratado cuando aparece.
Hay que cuidar las voces internas cuando estamos tristes, pues esa emoción nos hace perder autoestima. A veces la tristeza nos hace repasar una y otra vez, como si fuera un video, los episodios más dolorosos, o vergonzosos, o impotentes de nuestra vida. Es fácil que el triste busque música triste, películas tristes. Esas voces pueden llevar una tristeza a una depresión. Y si es depresión, como tal debe ser tratada.
Otra cosa qué hay que evitar en los días grises es la soledad. La soledad es mala consejera en la tristeza. Y aunque emocionalmente la tristeza quiera alejarte de la gente, hay que tener cuidado. Es más bien el tiempo de buscar apoyo en personas que puedan aportar a tu bienestar. Cuidado con inventarse los T.A. los Tristes Anónimos. Un buen consejo, una buena compañía puede hacer más llevadera la tristeza. Porque no olvides que la emoción de la tristeza es pasajera. Una tristeza que se viva en soledad está un paso de la depresión. Y si es depresión, como tal debe ser tratada.
Me emociona ver lo que hace Dios frente al triste Elías. Primero, Un ángel tocó a Elías y le dijo: «Levántate y come». Miró y vio que había allí cerca de él una tortilla cocida sobre piedras y un cántaro de agua. Tiene tantos detalles de ternura, veamos, le prepara alimento, le lleva el desayuno a la cama digámoslo así. Le proporciona todo para su bienestar, pero no le da la comida a la fuerza. Le prepara la comida, pero no lo fuerza. Le deja la comida muy cerca, pero no lo fuerza. Nadie puede masticar y tragar por otro. El triste no está tan enfermo al punto de necesitar una sonda. El triste tiene que poner de su parte y alimentarse. Levántate y come le dijo el Señor.
Y finalmente me gusta mucho cuando el Señor le dice… porque el camino es demasiado largo para ti. Aunque está triste, no le miente. No pretende animar a Elías con una mentira, le habla con la realidad. Solemos animar a la gente triste intentando ocultar cosas que les puede poner más tristes.
El Señor decide hablarle con la verdad. Es como si le dijera, sí, ya has pasado mucho, debo decirte que todavía falta por pasar. No le da porras diciendo que falta poco. Y aunque es verdad que falta menos que al inicio, el Señor lo anima diciéndolo que, aunque falte mucho porque el camino es largo, yo mismo te estoy ofreciendo para comer.
Es fácil motivar a alguien con mentiras, o incluso motivarlos diciéndoles las cosas que esa persona quiere oír. Crear falsas expectativas al final es sembrar una potencial tristeza. Crecimos oyendo no llore más, mañana compramos otra bola para reemplazar la que se ponchó; no llore más, va ver que papito pronto va a dejar de tomar; no llore más, va a ver que la enfermedad de mamita pronto va a pasar… y así sucesivamente. Llegamos a pensar que para consolar a alguien hay que mentirle. Lo peor es cuando nos consolamos a nosotros mismo diciéndonos mentiras.
Está bien no estar siempre bien. San Francisco de Sales dice que un santo triste es un triste santo. Estoy totalmente de acuerdo. Todos los santos han experimentado la tristeza. El relato del Evangelio incluso dice que Jesús sudó sangre y sintió una tristeza de muerte. Algunos santos hasta experimentaron depresión. Y en tanto en unos casos como en los otros, salieron de allí… y a su tiempo superaron esos estados… eso sí porque si afirmo que está bien no estar siempre bien, también diría que no está bien estar siempre triste.
Nos despedimos hoy del cielo gris de Lima, tomamos una vuelo a Cusco. Cómo saben, el avión alzará vuelo y pasará por encima de la nubes grises y nos toparemos con el sol siempre estuvo allí.
Está bien tener días grises e incluso temporadas grises sin olvidar que el sol siempre está allí.
Un abrazo desde mi “claroscuro” corazón. Nos vemos. Allí les cuento.
P.Toto.
Entonces, para reinventarse hay que trabajar en la tristeza, las inquietudes y los cielos vistos solo como grises y otros elementos que se nos han incrustado en nuestra armadura, siguiendo el lenguaje del libro de Fisher, pero para ello, se requiere constancia porque se pueden tener grandes propósitos para alcanzar un objetivo, iniciar el camino correcto o realizar actos concretos que disponen para ella. Sin la constancia, todo quedará en un manojo de buenas intenciones, excelentes intuiciones y un puñado de frutos verdes e inmaduros arrancados por el viento.
La constancia es la firmeza y la perseverancia del ánimo. En palabras muy elegantes del poeta y literato italiano, Arturo Graf, “la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto”.
Los hombres estamos llamados a ser la tierra buena donde la semilla de la voz de Dios y las virtudes puedan crecer y dar fruto con perseverancia (cf. Lc 8,15). Por ello es bueno tener a la mano algunos elementos que pueden ayudar para formar esta virtud:
1.-Tener un fin concreto y una motivación profunda. En los actos que realizamos, el fin es lo primero que pone en movimiento al hombre aunque sea lo último que consiga. ¿Por qué quiero conquistar esta virtud? Habrá muchas motivaciones muy válidas en el plano humano, pero a fin de cuentas, en el plano sobrenatural, buscamos agradar a Dios. Él a su vez, como nos dice san Pablo, a los que con perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad, les dará la vida eterna (cf. Rm 2,5-8).
2.-Para actualizar este fin y motivación puede valerse de un lema o una frase que le ayude a recordar la virtud que desea alcanzar. Allí entra nuestra amiga la constancia. Grandes hombres y mujeres en la historia se han ayudado de este medio y han escrito lemas como: “obediencia y paz”, “en Ti confío”, “cooperador de la verdad”, “en todo amar y servir”, “dar siempre con alegría”, etc.
3.- Otro aspecto que puede servir es dejar certificación de la virtud que buscamos, hacer un pequeño programa para dicha virtud. No hay que tener miedo de escribirla en un papel, en la agenda y, sobre todo, en el corazón. Una sola virtud, aunque en realidad conseguiremos dos, la virtud propuesta y la virtud de la constancia. Tomás de Kempis, en La Imitación de Cristo, dice que “si cada año desarraigásemos un vicio, presto seríamos perfectos”. Así que una virtud al año, a nadie le hace daño.
4.- Es muy provechoso repasar constantemente al final del día cómo se ha vivido la virtud propuesta. Se puede sencillamente llevar en una hoja un control gráfico del progreso. Esta se puede colocar debajo de la almohada. Así, en la noche no se olvida. Santa Faustina Kowalska, en su Diario, apuntaba las victorias y derrotas que tenía para conseguir la virtud del silencio interior. Tenía una pequeña tabla: hoy “x” victorias y “z” derrotas. Al número de victorias siempre se puede añadir una “extra” por la constancia. La perseverancia es la clave del éxito.
5.-Toda virtud nos ayuda a imitar mejor a Cristo, modelo de todas las virtudes. Él nos mostró constantemente su amor, desde su nacimiento hasta la muerte en la cruz. En la propia vida, el discípulo tiene que sembrar las buenas disposiciones, regarlas con constancia y confiar en Dios, quien realizará el crecimiento de la virtud.
El hombre de Dios, san Bernardo de Claraval, que era tenaz y perseverante, resumía así su experiencia: “poco aprovechará un hombre que siguiera a Cristo, si al final de su vida no consigue alcanzarle”.
Si quieres saber cómo reinventarte, sigue estos 11 pasos:
1. CONÓCETE A TI MISMO
Resulta curioso la facilidad que tenemos para hablar de los demás y lo que nos cuesta hacerlo sobre nosotros mismos.
La realidad es que no nos conocemos lo suficiente.
Para poder reinventarse a uno mismo, primero has de conocerte. Si no sabes cómo eres no podrás evolucionar porque no sabrás cuál es tu punto de partida.
Es necesario trabajar el autoconocimiento para conocerse a uno mismo.
2. VALORA LO POSITIVO
¿Recuerdas cuando estabas en el colegio y tu compañero salía a explicar algo?
Ya podía ser una exposición perfecta que si tartamudeaba o decía mal una palabra se escuchaban risitas de fondo.
Esta manifestación exterior es reflejo de nuestro interior.
Muchas veces nos centramos en lo negativo y damos por hecho lo positivo, como si fuéramos perfectos.
No lo somos ni lo seremos nunca, aunque nos lo creamos.
Sé positivo. Tienes muchos dones, tienes comida, tienes familia y amigos.
Una mentalidad positiva te hará constante y persistente a pesar de las dificultades que se presenten en tu camino de crecimiento personal.
3. CAMBIA TU DIÁLOGO INTERNO
La persona con la que más hablas eres tú mismo. Ni tu madre, ni tu hijo, ni tu mejor amigo.
El diálogo interno es aquel que tienes contigo mismo.
Si te fijas, verás que te hablas mal, que eres duro y que, en ocasiones, eres cruel.
¿Te gustaría que te trataran así? ¿Lo permitirías?
Estoy seguro de que no. Deja de hacerlo.
Empieza a tratarte bien, con respeto y con amor.
El diálogo interno nos afecta a todos los niveles de la vida:
- si nos decimos que la vida es maravillosa, eso es lo que expresamos y disfrutamos.
- si nos decimos que la vida es insoportable, eso transmitimos y nos arrastramos por la vida.
Seguro que tienes un amigo positivo con el que da gusto estar y otro negativo que drena tu energía cada minuto que pasas con él.
¿Qué tipo de persona quieres ser?
Para reinventarte, tienes que trabajar y cambiar tu diálogo interno.
4.- DEFINE TU PLAN DE ACCIÓN
Una vez que has hecho introspección, valorado lo positivo que hay en ti, trabajado tu diálogo interno y encontrado un mentor, es hora de concretar tu hoja de ruta.
¿Qué vas a hacer para reinventarte?
Pon por escrito tus objetivos. A continuación, piensa lo que vas a hacer para alcanzarlos.
Aquí es importante que consultes a tu mentor, tanto para que te ayude a concretar como a ser realista y realizar un cambio gradual.
Roma no se construyó en 3 días y tu no vas a cambiar de la noche a la mañana.
¿Cómo me gustaría ser? ¿De qué me gustaría trabajar? ¿Cómo me gustaría estar dentro de 5 años?
Procesa y madura esa información durante varios días. Después, elabora tu plan con acciones y fechas concretas.
¿Qué hábitos necesitas para transformarte en tu mejor versión?
5.-ESTABLECE NUEVOS HÁBITOS
Y es que una de las claves para hacer efectiva tu transformación es precisamente establecer nuevos hábitos en tu vida.
De poco sirven todos los pasos anteriores si no los pones en práctica.
Ejercicios, alimentación y descanso y una reinvención completa.
Para tu salud y bienestar mental, es necesario un bienestar corporal.
Tardarás un tiempo en adquirir tus nuevos hábitos. Una vez que lo hagas, te sentirás con mucha más energía y más feliz.
6.- TEN PRESENTES TUS OBJETIVOS
Dice Stephen Covey en su obra Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva que el primer hábito es ser proactivo y el segundo empezar con el fin en mente.
7.-Creer en ti
Esto es fundamental para tener una autoestima poderosa, empezar por creer que eres un ser valioso, que puedes hacer cosas grandiosas en tu vida, cree en ti, en tu potencial, en tu grandeza.
8.-Reconocerte tus virtudes y logros de vida
Haz un reconocimiento y escribe todo lo bueno de ti, así como tus logros, el reconocimiento comienza a partir de ti, esto te empoderarlas para recordarte que puedes y has podido lograr cosas importantes.
Te recomiendo, apoyarte con palabras como:
Yo soy…
Yo soy responsable,
Soy un ser valioso,
Yo soy decidido/a,
Me felicito por haber logrado
9.-Perdonarte por los errores o experiencias no acertados
Perdonarte es reconocer que como humano te has equivocado algún día, que por alguna razón las cosas las hiciste de diferente manera, que quizá lastimaste o lastimaron tu autoestima.
Escribe a mano una carta para ti misma, en donde reconoces las situaciones que te causaron dolor ya sea que tú provocaste o que permitiste que te hicieran, es como liberarte del dolor y culpas que has cargado durante el tiempo. Será liberador para avanzar sanamente, habiendo aprendido de las experiencias tanto desagradables como agradables.
10- Sonreírte siempre
Esta comprobado que sonreír puede hacernos sentir mejor, pues modifica el proceso neural del contenido emocional del cerebro, por lo que la sonrisa no es solamente un resultado de sentirse bien, sino que puede ser también un potenciador de bienestar y ayudarnos a sentirnos mejor y más alegres.
11.-Mirarte como la persona más importante de tu vida
Independientemente de las personas importantes que tienes en tu vida, tú eres importante, siempre estarás contigo, decide ser como tu mejor amigo (a), escúchate, apóyate mental y emocionalmente, date cuenta de tu potencial, de tu grandeza, de todas tus virtudes y talentos.
12.-Agradecer por lo que tienes
Agradecer en el día a día por lo que tienes, nos ayuda a enfocar nuestra mente en lo real y positivo.
Practicar la gratitud nos protege de las pensamientos negativos y sentimientos destructivos como la envidia, el resentimiento, y la amargura.
13.-Reinventa tu Vida con Dios.
Canción
Bibliografia
https://www.lifestylealcuadrado.com/como-reinventarse/
https://www.es.catholic.net/op/articulos/8263/meditacionBoletin.html?eti=5708#modal
https://www.leadersummaries.com/es/libros/detalle/reinventarse
https://www.psicoactiva.com/blog/reinventarse-para-tener-una-autoestima-poderosa/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.