Señor de mi vida, qué bueno es sentir tu presencia amorosa que acompaña y fortalece. Quiero servirte cada día convencido de que sólo hago lo que tengo que debo. Ayúdame a procurar ser ese que sólo sirve y acompaña, dispuesto a entregar el corazón y mis fuerzas en cada una de las situaciones que viviré….
Liturgia del 4 de febrero 2020. Óyeme, levántate. La fe en el Señor.
La Palabra de Dios quiere mostrarnos la constante providencia de Dios a lo largo de toda la historia de la salvación; la historia sigue adelante marcada por las promesas de Dios, que no sólo subsisten, sino que prevalecen más allá de los despropósitos humanos. Pero sólo podremos interpretarlo así gracias a la fe.