Lectura y meditación de la Palabra y oración, medios que están estrechamente ligados y nos ayudarán en el Camino de Cuaresma a fans formar nuestro corazón.
La Santidad es el camino que debe guiar nuestra vida, para ello es necesario saber a quién servimos, “Yo soy el Señor. Entonces sirvamoslo con actos concretos de Amor, pensando en los “santos de la puerta de al lado”
El ayuno consiste en cumplir lo que Dios quiere, no nuestra voluntad. Vivir la fidelidad a Dios. No necesitas penitencia si Dios está contigo, llenando tu vida. Si la necesitas si te alejas de Dios, si deja de ser el centro de tu vida.
Vivir la Cuaresma nos debe llevar a un cambio profundo, sabiendo que somos polvo, renovar nuestra manera de pensar, de actuar y de vivir para así recibir la Pascua con un corazón y un espíritu nuevo a imagen de Jesucristo.
Pidamos al Señor nos conceda la gracia de vivir en constante práctica de la fe en tu Señorío para que nuestra entrega nazca de un corazón puro, libre de todo miramiento humano.
Añoramos a Dios, pero vivimos apegados a la criatura no al creador. Eso nos asemeja al joven rico y no a nuestra Madre la Virgen quien tenía claro quién era su Señor y dijo libremente “hágase”, en cambio el joven rico se fue apesadumbrado y entristecido.