Señor, Tú conoces a profundidad las intenciones de mi corazón. Quiero hacer el bien, aunque a veces haga el mal que no debo y daño a quien no quiero.
Ayúdame a ser justo ante tus ojos, a no buscar el aplauso y la adulación de los demás, sino complacerte a Ti, que ves en lo secreto y conoces el valor de mi ofrecimiento.
Que mi corazón sea guiado por las leyes de tu amor, para así buscar la justicia y el perdón, resarcir los errores, buscar la paz y la reconciliación.
No quiero caer en la soberbia o la vanidad, ni satisfacer mi ego en los halagos de los demás, esperando recompensas que no se relacionen a tu proyecto de vida.
Ayúdame a discernir lo que es agradable a Ti, lo que debo decir y hacer, contar con tu iluminación para perseguir el bien sin esperar nada a cambio. Sé Tú mi guía y protector.
Tu Palabra, que es sabiduría, me dice: “Que te alabe otro y no tu boca; que la alabanza provenga de un extraño y no de tus propios labios” (Prov. 27,2)
Que, ni mis ojos, ni mi corazón o mi mente, sean seducidos por falsos ídolos y me hagan extraviar sin permitirme que mi espíritu crezca en bondad y en sencillez.
Desde ahora, buscaré ser el más pequeño de todos, que pueda pasar siempre desapercibido y que seas Tú, Jesús mío, quien brille para siempre. Amén
Propósito para hoy.
Dedicaré un ayuno y oración por aquellas almas que necesitan de un corazón manso y humilde, sobre todo por los de aquellos que quieren propiciar la guerra.
Frase de reflexión.
“El ayuno debilita nuestra tendencia a la violencia reviviendo nuestro deseo de obedecer a Dios, el único que puede satisfacer nuestro apetito”. Papa Francisco.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.