Señor, te agradezco haber entrado a mi vida y tocado mi corazón. Con ese nuevo comienzo has sanado mi alma y me has preparado para todas mis luchas.
Tus mandamientos son obra de misericordia que ayudan a purificar mi alma al paso por este mundo. Pero me pides algo nuevo: no responder jamás a los golpes, nunca devolver mal por mal y entregar más de lo que me piden.
A veces no entiendo tus palabras, pero sé que lo que proviene de ti es puro y santo y es para mi salvación ¿Cómo puedo guardarme la molestia con aquel al que le ha hecho tanto mal a mi vida, ese que quiere verme derrotado?
Mi Señor, dame fuerzas para cumplir con humilde este precepto. Se que puede parecer una locura ante todos los hombres; pero tu lógica no es la mía, tu sabiduría es infinita. Tú me propones un nuevo estilo que va más allá de toda razón, un estilo de amor extremo, a imitación pura de tu corazón donde todos son bienvenidos.
Sólo con tu gracia y tu poder puedo hacer esto posible. Tú lo practicaste en todo momento, no devolviste nunca mal por mal, ni insultos ni castigos. Quiero ser perfecto como Tú, compasivo y lleno de bondad. Vivir con la seguridad de que, practicando esto que me pides, se engrandezca mi alma.
Quiero aprender a cuidar el corazón, que en él habiten la compasión y el perdón, que sea bueno, perfecto y santo como Tú lo deseas. Amén,
Propósito para hoy.
Rezaré un Padrenuestro, Avemaría y Gloria por aquel o aquellos que tienen algo contra mí y pedir que Jesús cambie sus corazones y el mío.
Frase de reflexión.
“El Señor sabe que el mal y los pecados no son nuestra identidad; son enfermedades, infecciones. Y viene a curarlas con la Eucaristía, que contiene los anticuerpos para nuestra memoria enferma de negatividad. Con Jesús podemos inmunizarnos de la tristeza”. Papa Francisco
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.