Oh Señor, que alegría es poder sentir tu presencia al despertar y cómo vas trabajando poco a poco dentro de mi alma para configurarme a tu amor.
Gracias por todas tus muestras de amor y por cómo obraste en la vida de María. De ella aprendo a ser dócil a tu Palabra, a vivir la escucha y la oración
Ayúdame a ser un servidor humilde como lo fue María; pues ella es la gran servidora, la cumplidora fiel de tu Palabra, la que ayudar en la necesidad.
Señor, transforma mi corazón, hazlo como el de María, libre de egoísmo, soberbia y altanerías; rico en servicio y en obediencia.
Gracias por regalarme a una Madre tan llena de gracia. En ella puedo apreciar la mejor modelo de discípulo de tu obra, siempre atenta y generosa.
Sana mi corazón a través del ejemplo de humildad de María, porque con sus actos de amor, puedo encontrarme con la abundancia de tu bendición.
Oh Dulce María, desde hoy y para siempre, quiero recibirte en mi casa como mi madre universal que cuida de mi vida para que nunca se extinga mi fe.
Como tú, oh María, también quiero aprender a decir al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”, y vivir con el corazón lleno de luz y de verdad. Amén.
Propósito para hoy.
Rezaré un misterio del Rosario ofreciéndolo por todos los que aún no están bautizados. María, Madre de la Iglesia, seguro lo recibirá con su dulce amor.
Frase de reflexión.
“Cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Todo el universo es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios”. Papa Francisco.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.