Hoy, Padre celestial, Señor, celebramos tu Presentación en el templo. Dios todopoderoso y eterno, rogamos humildemente a tu majestad que, así como tu Hijo Unigénito ha sido presentado hoy en el templo en la realidad de nuestra carne, nos concedas, de igual modo, ser presentados ante ti con el alma limpia.
Tú que nos has mostrado Tu gran amor al enviarnos a Cristo Jesús, nuestro Salvador. Él siempre estará con nosotros y permanecerá en nuestros corazones. Por medio de él podemos clamar de alegría: “¡Abba, Padre querido!” Gracias porque así te pareció bien.
Queremos aprender de María a guardar y meditar tu Palabra en nuestro corazón. Ayúdanos a ser dóciles como Ella y hacer de Ti el centro de nuestra vida.
A Ti, cuyo poder está sobre toda la tierra, te damos gracias por todo el amor que nos muestras, gracias por el don de la vida, gracias por nuestra familia y por el pan de cada dia. Gracias también por todo lo que nos parece difícil, pero tú lo cambias en ayuda y fortaleza. Queremos agradecerte, por ser tú el gran y todopoderoso Dios, quien nos llama y conduce una y otra vez a una vida más plena.
Te presentamos todas las necesidades que nos han encomendado, Tu conoces sus nombres, te ponemos ante tu presencia nuestro país, guía a los que deben tomar las decisiones políticas, económicas y sociales. Te pedimos por nuestra Iglesia, en especial por el Papa Francisco, todo te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.