Buenos días mi Padre bueno. Te alabamos, te adoramos y te glorificamos porque que Tu Amor no tiene límites, gracias por el don de la vida, gracias por el aire que respiramos, por el sol que alumbra nuestra mañana, por la naturaleza que has creado para nosotros, gracias porque todo lo hiciste muy bien. Señor en este momento en que nos queremos dirigir a Ti en nuestra oración, te pedimos que resplandezca sobre nosotros, Padre omnipotente, el esplendor de tu gloria, Cristo, luz de luz, y el don de tu Espíritu Santo confirme los corazones de tus fieles, nacidos a la vida nueva en tu amor.
Tu Palabra hoy nos dice en Hebreos 10: La alianza que yo estableceré con ellos, cuando lleguen esos días, palabra del Señor, es ésta: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Y prosigue después: Yo les perdonaré sus culpas y olvidaré para siempre sus pecados. Ahora bien, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Señor Jesús, ante el anhelo del mundo por la redención, es evidente que nunca podremos brindar un consuelo verdadero por medio del evangelio mientras hagamos énfasis solamente en una cosa —que el Salvador perdona nuestros pecados—, dejando que el mundo siga su propio curso. De igual manera, seremos incapaces de llevar un consuelo verdadero con el evangelio, si representamos al Salvador solamente como un obrador de milagros y proclamamos: «Sean consolados, ustedes pueden ser sanados por medio del Salvador». Entonces el arrepentimiento y el perdón serían olvidados por completo, y ningún cambio fundamental tendría lugar en las personas. Por eso hoy queremos Señor ofrendarnos a Ti para que te proclamemos no solo como nuestro Salvador, sino también como nuestro Rey que gobierna con amor incondicional, como nuestro Padre lleno de ternura y como nuestro nuestro hermano en Cristo Jesus.
Espíritu Santo, inhabílitanos y así santifícanos , pues es el anhelo de nuestro corazón que todo nuestro ser, e incluso nuestros impulsos, estén dirigidos por tu presencia profunda en nuestro interior; recibe nuestro corazón como tu morada y hazlo como tú quieras, hazlo como Cristo.
Señor, hoy vienes a la tierra de nuestra alma dispuesto a sembrar tu mensaje en ella. Ayúdanos a escucharte, a aceptar tu Palabra, a configurar nuestra vida con ella. Concédenos ser una tierra buena que produzca fruto abundante por saber acoger y trasmitir tu gracia.
Jesucristo, concédenos corresponderte y ser fiel a todas las gracias que derramas en nuestra alma.
Bendicenos Señor, bendice nuestra familia y que todo lo que hoy hagamos sea para honra y gloria Tuya. Bendice las personas que nos han pedido oración por su salud física espiritual y emocional, por quienes están necesitados de trabajo, o quienes están pasando situaciones difíciles que en medio de todo lo que están pasando, experimenten tu cercanía, tu compañía y puedan confiadamente esperar en Tu Voluntad.
Bendice nuestros gobernantes para que no olviden que como cristianos deben ser solidarios con quienes necesitan y como el Buen Samaritano, se tomen el tiempo y la disposición de corazón para tender las necesidades de este pueblo herido.
Bendicenos como Iglesia y en especial, ilumina y guía al Papa Francisco para que como nuestro Pastor siempre sepa como conducir a Tu Redil.
Jesús, José y Maria en sus manos depositamos nuestra vida.
Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.