Contaré tus proezas, Señor mío; narraré tu justicia, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. Sal 70
Bendito, alabado y glorificado seas Padre nuestro que estas en los cielos como en la tierra, santificado sea Tu nombre ahora y en la hora de nuestra muerte. Querido Padre celestial, tenemos esperanza en ti y en tus promesas las cuales conservamos en nuestros corazones como lo más preciado que tenemos. Protégenos cuando la dificultad aumente, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Gracias porque siempre has sido un Padre justo, amoroso y fiel porque siempre nos has instruido con la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Y a través de El nos has dado los dones necesarios para vivir según Tu Voluntad.
Que venga tu Espíritu. Que tu Espíritu revele constantemente tu Palabra y nos de la esperanza, fe y lucha para el gran día. Ese día podremos regocijarnos eufóricos porque tu salvación llega al mundo.
Bendito seas Jesús, bendito tu sacratisimo corazón y tu preciosidad sangre derramada por nuestra salvación. A ti, abrimos las puertas de nuestro corazón para recibir tu divina palabra, sentir tu infinita misericordia y que nuestra vida, pueda transformarse hacia un nuevo horizonte con tu luz bendita
Sagrada Familia de Nazaret: enséñanos el recogimiento, la interioridad; danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; enséñanos lo que es la familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable.
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con vuestra piadosa intercesión haced que sea aceptable a Jesús esta humilde ofrenda, y obtenednos su gracia y bendición.
Oh san José, custodio santísimo de Jesús y de María, socórrenos con tus plegarias en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que en unión con María y con Vos, podamos bendecir eternamente a nuestro divino Redentor Jesús.
Te consagramos Señor nuestra vida, nuestra familia, nuestro trabajo, nuestro país y nuestra Iglesia. Te presentamos todas las peticiones de oración que nos han encomendado, tu conoces sus nombres y sus necesidades; confiados en que Tu Misericordia ante Tu presencia los ponemos, hágase Tu Voluntad.
Amén.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.