Cada día se nos presentan nuevas maneras y formas de adquirir alegría, algunas son prefabricadas y muy caras como lo son todas aquellas que se promueven como una adición a tu ser que cambiará tu vida. Se nos ofrece todo lo material posible como lo único que provee esa felicidad y alegría.
Algunas de las situaciones que promueven es hacerte sentir una persona fea e inapropiada, poniendo modelos prefabricados como “perfectos”, para que supuestamente sientas la alegría de parecerte a esas personas rechazando tu propia identidad y modificando a veces para empeorar con el tiempo tu condición física alterando tu propia naturaleza.
Otras maneras de engancharte es con el engaño de que teniendo lo último en bienes materiales, predispondrán a la felicidad, pero es falso, porque eso dará satisfactores circunstanciales en el tiempo, pero al final quedando mayormente solos y más vacíos que antes de obtenerlos.
Olvidamos que la verdadera felicidad no está en las cosas, sino en la propia persona, en tu mente y en tu corazón, nadie puede modificarlo si tú no lo permites, y el Señor prepara todo para que de una manera connatural y gratuita llegues a obtener esa felicidad cada vez en un grado mayor por medio de sus dones y gracias.
Permanezcan en mi amor para que su alegría sea plena” Jn 15, 9-11.En pocas palabras Jesús quiere resumir toda su vida y toda nuestra vida: amor, permanencia y alegría plena. ¿Podemos imaginarnos cuánto ama Dios Padre a Jesús? Seguramente nos perderemos en el infinito de nuestra imaginación buscando alguna imagen que nos permita acercarnos a este amor: desde la eternidad y para la eternidad, en total plenitud. Y Jesús siempre en presencia del amor de su Padre y siempre en participación y vivencia de ese amor. Pues lo que hoy nos dice Jesús es que con ese mismo amor inmenso, incondicional, fiel y constante nos ama a nosotros. ¿Nos damos cuenta de ese amor que Jesús nos tiene? Hoy tendríamos que abrirnos a esa presencia amorosa que se hace realidad en cada uno de nosotros.
Baxter Kruger en el libro El Regreso a la Cabaña, afirma que tomar con seriedad a Jesus nos abre los ojos al secreto de nuestra humanidad, de nuestras responsabilidades y nuestras dichas, de nuestros amores y nuestras pasiones; nos da ojos para ver la asombrosa dignidad del ser humano en el mundo de Jesús. En este universo existe solo un circulo de consideración, amor y creatividad; solo una carga de justicia, vida y bendición; un circulo de armonía y sacrificio centrado en el otro, de dicha y generosidad y pasión por La Paz; un deseos de todo lo que es bello, y ese es de la Santísima Trinidad. No se nos ha insuflado vida solo para que baguemos sin destino a través de la existencia, sin significado, propósito o dignidad. Jesús ha cruzado todos los mundo para encontrarnos -u lo ha logrado- y a través de sí mismo nos ha elevado hasta la vida que comparte con su Padre en el Espíritu Santo…
En Palabras de George MacDonald: Seguirlo es aprende de él. Pensar con sus pensamientos, usar sus juicios, ver las cosas como Él las vio, sentir las cosas como Él las sintió, adquirir su mismo corazón, alma y mente, para que nosotros también podamos concordar con su Padre…
Su pregunta impere Cerda es: En qué mundo vas a vivir hoy en el tuyo o en el mío? Como señala Jesús a Mackenzie en el libro La Cabaña de Paul Young: Deseamos experimentar esta vida, tu vida, juntos, en medio de un diálogo, compartiendo el viaje…
Así pues, hoy más que hablar y decir que nosotros amamos mucho, tendríamos que callar, guardar silencio, estar atentos y a la escucha para experimentar ese amor. Es descubrir a Jesús que está en nosotros, que permanece con nosotros. Normalmente los amantes se dicen: te amo y te amo para siempre. Hoy Jesús se nos muestra como ese amante delicado que a todas horas nos repite: te amo, te amo para siempre. Permanece en mi amor!
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia