A lo largo del siglo XX, el mundo comenzó a constuirse cada vez a una velocidad más rápida, las ciudades se erigen en poco tiempo, las cosas se crean para su uso limitado y desechable, y así tambien los recursos. De lo que quiero hablar es de hecho de esta artificialidad de la vida material del hombre, ya no es la sociedad la que crea, ya no es la sociedad la que construye, y crea, ni tampoco se crea para las personas, es la necesidad productiva del sistema la que crea esa vida material, no se crea en funcion de las necesidades de las personas sino de la la produccion de capitales ilimitados, no se crea en funcion de la necesidad del hombre de un luga, sino de satisfacer una necesidad a corto plazo.
La producción cultural del hombre es lo que me interesa, no la producción de sus necesidades inmediatas. La producción cultural va mucho más allá de satisfacer una necesidad inmediata sino que es una producción de vida que atraviesa los ojos del tiempo, es esa produccion la que siento realmente libertaria, es la permanencia de la cultura, no como únicamente un mantenimiento de viejas culturas, sino de una cultura que se construya constantemente en funcion de crear algo tan bueno que las personas puedan dar cuenta de la necesidad de permanencia de ello, algo que atraviesa las lineas del tiempo por su esplendor y sus historias que son creadas por las mismas personas, eso es cultura, hoy en día no se crea por cultura lamentablemente, y ahí está el foco de resistencia y de libertad del ser humano, la resistencia de la cultura, es la piedra del sistema capitalista, creo que deberiamos buscar ahí la resistencia, en la creacion de permanencia de la cultura, de la libertad del hombre de buscar sus medios de vida y de por construir y no ser construido.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, nos invita hoy el evangelio de San Juan 15, 1-8 y el Papa Francisco, afirma: “La vida cristiana es permanecer en mí”. Permanecer. Y utiliza aquí la imagen de la vid, ya que los sarmientos permanecen en la vid. Y este permanecer no es un permanecer pasivo, un dormirse en el Señor: esto sería quizás un ‘sueño beatífico’, pero no es eso. Este permanecer es un permanecer activo, y es también un permanecer recíproco (…) Es cierto, los sarmientos sin la vid no pueden hacer nada pues la savia no les llegaría, necesitan la savia de la vid para crecer y dar frutos; pero también el árbol, la vid necesita de los sarmientos, porque los frutos no están unidos directamente a la vid, sino mediante los sarmientos. Es una necesidad recíproca, es un mutuo permanecerse para dar fruto.”
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia