Hemos avanzado en estos días en el proceso de sanación interior y conceptualizamos que las heridas son una lesión que causa dolor principalmente. Que ese dolor tenemos que identificarlo, validarlo, enfrentarlo de la mano de Jesús.
Hoy vamos a seguir adelante en este camino de Sanación y vamos a vivir una experiencia que nos ayudará en este proceso. Nos decía el sacerdote Juan Solana el la Catequesis de la curación del Paralítico, abramos también nosotros un boquete en nuestro corazón para entrar el la presencia de Jesús. Pues yo les pido abramos un boquete en nuestro interior para vivir esta la invitación que hoy les traigo , vamos ascender, para seguir familiarizados con nuestra peregrinación virtual por Tierra Santa, el Monte de las Bienaventuranzas , ubicado en la orilla noroeste del Mar de Galilea, entre Cafarnaúm y Genesaret.
Canción
Muy importante, para lograr este cometido, debemos tener el equipo idóneo, sino será una experiencia infructuosa.
Para iniciar vamos a hablar de los valores, una luz para el camino.
La palabra “valor” viene del latín “valere” (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte).
Son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea.De ellos depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás, en la que podamos desarrollarnos y crecer como personas. Útiles todos para esta travesía
CONTAMOS CON VALORES CONOCIDOS COMO:
•TOLERANCIA
•AGRADECIMIENTO
•SOLIDARIDAD
•HONESTIDAD
•RESPONSABILIDAD
•LEALTAD
•RESPETO
•FORTALEZA
•LABORIOSIDAD (TRABAJO)
•PERSEVERANCIA
•CONFIANZA
•TRASCENDENCIA
SIN EMBARGO QUIZÁS, LOS QUE HEMOS DESARROLLADO MÁS SON :
•TOLERANCIA
•AGRADECIMIENTO
•SOLIDARIDAD
•RESPONSABILIDAD
•LEALTAD
•RESPETO
•LABORIOSIDAD
Y LOS NO TAN DESARROLLADOS:
•FORTALEZA
•PERSEVERANCIA
•CONFIANZA
•TRASCENDENCIA
PERO TODOS SE AGRUPAN EN UNO: ESFUERZO
Un valor fundamental cuando debemos enfrentar las situaciones adversas complejas, SUBIR MONTAÑAS.
“Alzaré mis ojos a los Montes: ¿De dónde Vendrá mi Socorro? “ Salmo 121:1
David escribió este texto, estaba pasando un momento difícil en su vida
Hay momentos en nuestra vida en los que necesitamos alzar nuestros ojos a los montes, en el monte esta nuestra respuesta.
La montaña simboliza en todos los pueblos la proximidad con el mundo espiritual o divino, pues domina el mundo de los hombres y se eleva hasta el cielo. Es un punto de encuentro entre el cielo y la tierra, hace las veces del centro del mundo, tal como aparece reflejado en numerosas tradiciones.
Como punto de encuentro entre el cielo y la tierra, es morada de los dioses y meta final de la ascensión humana. La montaña es un símbolo cósmico y representa, a la vez, el centro y el eje del mundo. Vista desde lo alto, se percibe como el punto de una vertical en el centro del mundo. Vista desde abajo, es también el eje del mundo, pero en el sentido de una escala, de una pendiente que hay que subir.
Las peregrinaciones en dirección a las montañas sagradas simbolizan el despegue progresivo del hombre de la esfera cotidiana y su elevación espiritual. La ascensión de la montaña simboliza una elevación hacia el cielo, un medio para entrar en contacto con la divinidad, así como un retorno a los principios, al origen.
El concepto montaña es eje de referencia en todas las culturas del mundo, nos comenta Hugo Zapata en un articulo. No hay país en el planeta que no esté afectado por esta imagen poderosa de la naturaleza, que nos impregna con tres conceptos claros:
Inaccesibilidad, durabilidad y pureza, de las cuales su forma nos deja el símbolo puro que representan estos conceptos. Todo puede cambiar en nuestro planeta: la geografía, las civilizaciones, las etnias, la historia, pero el cielo y las montañas siempre estarán. Cuando el cielo no sea más cielo y las montañas dejen de estar allí, es que nuestro planeta habrá muerto.
Siempre la montaña estuvo relacionado con la religiosidad, desde los más lejanos orígenes históricos siempre fue la morada de los dioses o de aquellos bendecidos por ellos, en contraposición con la caverna, que siempre estuvo asociado con los ritos mistéricos y el inframundo.
La aventura de ascender
Quien decide enfrentar este riesgo, este desafío, este esfuerzo que lleva el cuerpo, la voluntad y la mente al límite, al borde de la extinción, a una altura en el que la vida comienza a retirarse para dejar espacio al reino del más allá, como casi nada en este mundo, tienen una motivación que no es la usual en el resto de las personas.
Una gran independencia, un deseo de aventura, y una inconsciente búsqueda de la verdad
El primer motivo, la independencia, es lógico: el que enfrenta el desafío de la montaña solo cuenta con su propia habilidad, su propia voluntad, y su entrenamiento. El segundo motivo, la aventura, también es lógico: ir a un lugar donde pocas personas llegan, para contemplar una visión diferente a todo lo que podemos encontrar en el resto de los escenarios, andando un camino en el que la civilización se apartó de su camino para elegir lugares más amables y dóciles, porque la montaña nunca permite el acceso a los débiles.
El tercer motivo es más difícil de discernir por su carácter más espiritual: difícilmente una persona que con esfuerzo haya llegado a la cima de una montaña no se ha interrogado respecto a la existencia de otro mundo invisible a nosotros, o a la existencia de un dios, sea este de la denominación que quieras, en resumidas cuentas de la trascendencia del ser humano como algo más que carne y sangre. No sin motivo cuando pensamos en una divinidad, nos encontramos mirando el cielo.
La montaña simboliza, como hemos dicho, la unión del cielo con la tierra, un espacio sagrado. Es en la montañadonde el hombre tiene que subir para encontrarse con Dios y en la paz de la montaña encontrarse consigo mismo. En el Antiguo Testamento: El monte Horeb o Sinaí es “el monte de Dios”
La Montaña, pues ancestralmente ha significado LUGAR DE ENCUENTRO CON LO DIVINO, LUGAR DE RESPUESTAS, SOLEDAD,
RETIRARSE, BUSCAR EL CAMINO
También ha significado DIFICULTAD, RETO, MOMENTO DIFICIL, SITUACION DURA, PENOSA.
No obstante, necesitamos subir la montaña porque en la Montaña siempre encontraremos la respuesta
La filosofía de fondo que estamos planteando es esta: EN LA MONTAÑA PODEMOS ENCONTRAR RESPUESTAS A NUESTRAS SITUACIONES.
NO OBSTANTE ESA MONTAÑA PUEDE SER DIFICIL DE SUBIR.
Habacuc 3,19, nos dice: “Dios es el que me ciñe de fuerza y quien despeja mi camino. Quien hace mis pies como de ciervas y me hace estar firme sobre mis alturas.”
Para escalar una montaña se necesita un equipo especial, no obstante los ciervos y cabras monteses ¿qué usan? sólo sus pies.
Mirá tus pies y pensá: cuántos obstáculos has vencido, con cuántos te has tropezado y frente a cuántos te has quedado inmóvil porque no querés ni siquiera levantar el pie para ver si podés sobrepasarlos
CONSEJOS
1.- Diferenciá montaña de otras elevaciones:
• No todo lo que te ocurre es una montaña, algunas situaciones son montes, montecitos, colinas e inclusive un terrón
• Lo que hace la diferencia es que los anteriores pueden ser asuntos de mero trámite, de tiempo, de conciliación con otros, pero no imposibles
• la montaña reta directamente a tu ser mismo, tiene que ver con algo que te cuesta mucho superar, pasar por alto, trascender.
• Identificá qué es montaña y qué no. En algunos casos montaña es también sinónimo de sueño o ilusión
2.- Escogé la montaña que deseas subir
No te dejes llevar por los comentarios de otros que dicen “ésa es más bonita”, o “aquélla es más fácil”.
Vas a invertir mucha energía y entusiasmo en alcanzar tu objetivo, y por lo tanto eres tú el único responsable y debes estar seguro de lo que estás haciendo.
No escuches voces negativas e inclusive identifícalas y mantente listo para cuando suenen o se acerquen a tu oído.
Elige tu objetivo en el proceso.
3.-Aprendé cómo llegar frente a ella
Muchas veces, vemos la montaña de lejos, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿Qué ocurre? Que está rodeada de ríos, obstáculos, que entre vos y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real.
Por ello, intentá todos los caminos, todas las sendas, ensayo-error, probá, aprendé, mejorá y volvé a hacerlo.
4.-Aprendé de quien ya caminó por ahí
Por más que te considerés único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo reto antes que vos, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares donde colocar la cuerda, ramas quebradas para facilitar la marcha.
• La caminata es tuya, la responsabilidad también, pero no olvidés que la experiencia ajena ayuda mucho.
• Consulta, dejáte ayudar, preguntá, asesoráte.
5.-Tomá en cuenta el contexto y los peligros cercanos
Cuando empecés a subir la montaña prestá atención a lo que te rodea.
Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo.
Pero si sabés dónde ponés el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos.
Se refiere a los asuntos conexos que deben también resolverse: resistencias de otros, limites, relaciones, compromisos, pendientes.
6.-Tomá en cuenta el clima
Observá las señales del tiempo, es importante para considerar donde resguardarte en caso de tormenta o lluvia, protegerte en caso de un Sol ardiente.
Debés observar las nubes y sentir el viento. Las señales del tiempo son guías importantísimas.
Considerá las señales, qué te dice lo que está pasando, uniendo una y otra, tienen un mensaje clave para dirigirte en el proceso de escalada.
Significa tener presente los contextos, los momentos propicios o no, discernir los tiempos.
7.- Liberáte de la carga innecesaria
No llevés más de los necesario, no cargués cosas que no ocupás, no vayás guardando recuerdos para después, todo esto simboliza asuntos que no vienen al caso.
Resentimientos que no te ayudan, pasado que no se resolverá, justicias que ya no te hicieron, verdades que no conseguiste, deudas, culpas y todo aquello que no supiste hacer, ya no podés devolverte
Adelante! Es lo único importante. Pero ligeros de equipaje.
8.- No contaminés tu cuerpo con toxinas
Ya sea por la comida, la bebida o por emociones y personas tóxicas Alimentáte de lo que realmente te nutre: oración, fe, música, amigos, alegría, naturaleza, buena comida, y aléjate de los contextos y personas negativas, sarcásticas, quejumbrosas.
No andés cerca de los que dicen que es imposible llegar, sube solo, adelantáte, pero no te quedés con ellos.
9.- Llevá Agua
Una cantidad razonable de agua será indispensable. El agua refresca, hidrata, limpia y demás.
En el caso del creyente el agua es símbolo de Espíritu Santo que nos motiva, auxilia, recuerda, inspira, dirige, aclara, fortalece y sostiene.
Pero también el agua, son fuentes de alivio, de refrescamiento. Grupos, lecturas, conferencias, audios, etc.
10.- Llevá un bastón
En el mismo sentido anterior, el “palo” o bastón es tu tercer pie de gran ayuda en momentos de escalada o inestabilidad del terreno.
Puede ser la oración, la meditación, un consejero, psicoterapeuta, amigo leal en quien podás apoyarte.
11.- Reemplazá la conducta que motiva el miedo
No mirés para abajo sino para arriba. Mirar para abajo es mirar los fracasos, los intentos anteriores no logrados, tus limitaciones, y allí están tus miedos, que se alimentan de los malos pasos anteriores.
El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita.
Eliminá la memoria tóxica, aquella que sólo te vulnerabiliza y toma consciencia que ya no estás allá, ahora sos una persona diferente, sobreviviste!
12.- Aprovechá el camino y disfrutá el paisaje.
A medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama alrededor.
A cada metro conquistado, podés ver un poco más lejos; aprovechá eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.
Disfrutar el proceso, lo pequeño, lo que se va logrando, los cambios de perspectiva, los nuevos enfoques, aunque no se haya llegado a la cima aún.
13.- Confía en la creación y en el orden divino
Dios hizo las montañas para subirlas, y nos creó con una estructura ósea y muscular capaz de subirlas, las cosas están claramente diseñadas para que sucedan. ¡Si estamos hechos para subir montañas!
Recordá que la Biblia nos dice. “Yahvé el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas y en mis alturas me hace andar.” Habacuc 3:19
Si podemos enfrentar pérdidas, ajustes, separaciones, cambios, y nuevas formas de estar en el mundo. Fuimos hechos para adaptarnos y lo hemos hecho por más de 2 millones y medio de años. ¿Por qué vos no vas a poder?
14.- Respetá tu proceso
Tenés todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijás más de lo que puedas dar.
Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido.
Respetá tu ritmo pero sigue caminando. No te comparés con procesos ajenos. El tuyo obedece a tu historia y tu personalidad. No hay modelos sólo experiencias.
15.- Preparáte para caminar un kilómetro más.
El recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas.
No te engañés, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos.
Los imprevistos, las lejanías, los cálculos mal hechos, las expectativas falsas, todo eso debe ser considerado parte del proceso.
Y estar dispuesto a seguir un poco más, siempre un poco más.
16.- Mantené contacto
Alguien debe haber estado informado de que escalarías la montaña, debés llevar con vos un medio de comunicación de ser posible y haber dicho a dónde irías y por cuánto tiempo aproximado, no vaya a ser que te perdás o algo peor y nadie te encuentre. Debés contar con un confidente, un contacto, un apoyo que salga a tu encuentro para buscar ayuda en caso de necesitarlo.
17.-Alegráte cuando llegués a la cumbre
Llorá, batí palmas, gritá a los cuatro vientos que lo has conseguido, dejá que el viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre hace viento) purifique tu mente, refrescá tus pies sudados y cansados, abrí los ojos, limpiá el polvo de tu corazón. Lo conseguiste!
18.- Testificá y agradecé. Contá tu historia: sí, contá tu historia. Ofrecé tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas. 1 Pedro 3:15 dice “estad siempre preparados para presentar tu testimonios ante todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros”
19.- Hacé una promesa.
Aprovechá lo que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y decíte a vos mismo que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas a utilizar. Y, si es posible, prometé también descubrir otra montaña, e inicia una nueva aventura.
Pero para avanzar, hay que dejar atrás de nuestras vidas ciertos obstáculos como: miedos/ inseguridades, complejos, enfermedades, problemas económicos, fracasos (que todavía seguimos arrastrando), tristezas, debilidades o flaquezas, ansiedades… por mencionar algunos. Mientras estos obstáculos estén delante, no nos dejaran avanzar, debemos saltarlos y dejarlos atrás.
En la montaña vamos a encontrar PIEDRAS.
•Significado de los obstáculos
•La Decisión firme de mantenerse en este camino.
•Podemos crecer si le permitimos a Dios subir con nosotros.
•El está en control.
Conclusión
•en la montaña recibirás tu respuesta
•no importa si se eres el primero o el último, el caso es llegar.
•si usted no lo ha logrado es porque no ha utilizado las herramientas necesarias,
•Confía en el Señor. En cualquiera cosa que hagas, el aplanará tus caminos
Durante el camino hay varios niveles, un nivel sólo es un descanso para tomar nuevas fuerzas
•La cumbre no es para cualquiera, Los que decidieron seguir tal vez nunca han estado arriba, pero sin duda sabrán distinguir cuando ya estén arriba.
•Las criticas y las palabras de desánimo se recuerdan en los momentos más difíciles, Cuidado!
•Cuando al fin se llega a la cumbre, ya forjaron en su carácter valores trascendentales
•En la cumbre no hay quejas, sólo compañerismo
•Nunca más se podrá pensar que hay montaña imposible de conquistar.
Ejercicio. Ahí sentadas en la cumbre del Monte de las Bienventranzas y contemplando la majestuosidad de la obra de Dios. en nuestra vida, vamos a orar
Oración
ABRAZADA A TI, MI MAESTRO
Sé mi fortaleza, cuando las fuerzas no me alcancen.
Sé mi paciencia, cuando me supere la situación.
Sé mi sonrisa, cuando no pueda sacar una.
Sé mi dulzura, con aquel que menos siento serlo.
Sé mis brazos, para que abrace si el amor falte.
Pon en mis ojos la dulzura de tu mirada, cuando deba mirar a quien me incomoda o me enfurece.
Pon sabiduría en mis palabras, para que a través de ellas repare, sane o aconseje.
Sé mi Maestro, para que mirándote como mi ejemplo, camine en tus huellas y sobre ellas.
Y cuando todo parezca desbordarse…ayúdame a volver al centro de Ti, desde donde brota la paz y la ternura.
Que mi vida sea tu reflejo con ayuda de tu gracia.
maestro a imagen del Divino Maestro. Amén
Bibliografía
http://www.culturademontania.org.ar/Relatos/el-mensaje-que-recibimos-de-la-montana.html
https://biblioteca.acropolis.org/simbolismo-la-montana/
https://www.instagram.com/ps_teresita
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p class=”p1″>Manual para Subir Montañas. Randall Urbina. Crecer Seguimiento.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.