Hoy me he encontrado en un sitio de los Dominicos que me encantó y quisiera compartir contigo querido lector.
CON “CORREA EXTENSIBLE”
Estos días tenemos obras, y hay momentos en que tenemos que sacar a Jubi atada a pasear por la huerta, pues es peligroso que esté suelta.
La correa que utilizamos es extensible, ella puede moverse, correr… hasta donde da de largo y luego simplemente se va recogiendo la cuerda hasta volver a ti.
La sostenía en mi mano y me daba cuenta de que así me ocurre con el Señor. Me lleva sujeta a su mano, vela por mí en todo momento aunque corra, salte y vaya de aquí para allá.
Puedo llegar lejos, muy lejos, sin apenas darme cuenta, y es entonces cuando me doy cuenta de que me falta algo; que, en la medida que me alejo, estoy más en mí: los hermanos me molestan, la entrega es más justa, las conversaciones más humanas… y el corazon pide recuperar la Alegría, la Paz y la entrega que se desprenden de caminar al lado del Amo.
Pero qué bueno es el Señor que me muestra el camino de vuelta, que solo tengo que volver recorriendo lo andado por la cuerda y entonces apareceré de nuevo a Su lado y en Él descansaré y volveré a recomenzar con el corazón reconfortado y con una mirada nueva puesta nuevamente en Él. Qué bueno que me dé esta Libertad pero que no me suelte, que me tenga siempre bajo su mirada amorosa.
¿Hasta dónde has ido con la correa? ¿Estás cerca, has corrido a investigar nuevos parajes, te has enredado con un árbol? Mira dentro de ti y tu corazón te responderá.
Hoy el reto del amor es que vuelvas al lado de Cristo. Mira la correa, vuelve sobre tus pasos a Él, ve a una iglesia o a ese lugar donde tuviste un encuentro fuerte con Él y déjate abrazar, no tengas miedo, que solo quiere lo mejor para ti; quiere darte de beber, curar tus heridas y que sigas caminando. Ten la certeza de que, si volvieses a llevar en algún momento la correa hasta el máximo… siempre te seguirá esperando al otro lado.
Qué les parece el artículo, ¡interesante, verdad! Y esto quisiera complementarlo con algunos párrafos del libro, que hemos venido meditando, del sacerdote jesuita Anselm Grüm, el Amor que Sana quien afirma que Dios no quiere sobrecargarme. Si el peso me aplasta, ciertamente ya no es voluntad de Dios, sino mi idea de la Voluntad de Dios…
Las palabras de San Pablo”el amor nunca pasa” son una exhortación a no abandonar demasiado pronto. Pero no son una espada de Damocles ( tirano que vivió en el siglo IV A.C.) que penda sobre nosotros amenazadoramente.
A las personas que están desgarradas por sentimientos de culpa y se han metido en un callejón sin salida, nos dice el sacerdote, les propongo siempre que mediten las palabras de 1 Jn 3, 20 “Aunque nuestra conciencia nos condene, Dios, que lo sabe todo, está por encima de nuestra conciencia…
Continua el autor. Aunque Pablo no está pensando en primer término en el matrimonio cuando ensalza los dones de amor que Dios nos ha regalado en Jesucristo, sus palabras podrían también ser una exhortación a considerar y configurar con todo esmero el camino común en el matrimonio. Estos versos no distan mucho de la realidad, pero deben ser traducidos a la situación real de cada matrimonio. Entonces puede mostrar en las situaciones más distintas en que se encuentren los cónyuges, un camino para que la convivencia tenga éxito. Ahora bien, las palabras del apóstol no prometerán un mundo ideal, sino que más bien describen sobriamente una forma que tienen los cónyuges de vivir concretamente su amor…
El matrimonio no significa refugiarse en hermosos sentimientos de amor. Más bien, la vida cotidiana del matrimonio irá poniendo de manifiestos todos los aspectos sombríos de cada uno de los cónyuges…
La toma de conciencia de mi verdad y de la verdad de mi cónyuge es muchas veces un proceso doloroso. Pero, en definitiva, profundiza el amor y nos permite experimentar un amor que no solo pone de manifiestos las heridas, sino que puede sanarlas.
Para ir concluyendo y a propósito del reto de amor que nos lanzaron en el primer artículo de “la correa extensible”, y centrándolo en ese amor que nuca pasa, me gustaría compartirles también este comentario, de Monseñor Francisco Cerro, en el que nos explica que, cuando del Corazón traspasado de Cristo en la cruz sale sangre y agua (Jn. 19, 34), el evangelista ve cumplido que Jesús es la fuente de agua viva donde pueden acudir todos los sedientos de amor para alcanzar la salvación. El hombre necesita beber del Amor y amar “dando la vida”; para eso tiene que beber de la fuente de agua viva que es el Corazón traspasado del Señor.
Los israelitas en el desierto buscaban fuentes de agua para saciar su sed. Los hombres de todos los tiempos tratan de saciar su sed de amar y lo encuentran en Cristo, que abre de par en par su Corazón para decirnos que nos ama siempre y con locura.
El Corazón de Jesús es un Corazón sin puertas. Es fuente de donde brota la verdadera libertad y el verdadero amor. Sin Jesús, el hombre muere de tristeza y agoniza por falta de amor. Encontrar a Jesús es encontrar en el “desierto de la vida” el verdadero amor que sacia plenamente nuestros corazones.
Es curioso que san Juan, que siempre habla del agua como vida al contemplar a Cristo muerto en la cruz y ver brotar “agua y sangre” de su costado es como si viese un adelanto de la resurrección: en el Crucificado, del que brota “agua”, viene galopando ya la resurrección y la vida.
Oremos
“Te saludo, oh Sagrado Corazón de Jesús, fuente viva y vivificadora de la vida eterna, tesoro infinito de la Divinidad, ardiente horno del amor Divino; Tú eres el lugar de mi reposo y mi refugio. Ayúdame a curar mis heridas y a volver a sonreír. Enciende en mi corazón el fuego de ese ardiente amor con el cual el tuyo está inflamado. Amén
¡Sagrado Corazón de Jesús en vos confío porque se que me amas!
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.