Hoy queridos lectores celebramos a Santa Clara y como exalumna del mi querido Colegio St Clare, quisiera dedicar unas líneas algunas de las virtudes de esta gran Santa.
Sin lugar a dudas una mujer que tuvo todo para ser una persona mundana: belleza, dinero y todo lo que las mujeres muchas veces desean, pero nos enseñó con su testimonio que si uno encuentra la verdadera misión para la que Dios nos ha creado, de nada valen la belleza física y la opulencia. Eso no es suficiente.
Dios establece prioridades, como señala Deuteronomio 6:5: “Y amarás a tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. ¡Amarás el Señor tu Dios por sobre todas las cosas! ¡Eso es una prioridad! ¡Quién no le da valor o importancia a Dios no está ordenando bien su vida! Hay quienes creen que le dan valor a Dios, pero no entienden que sus hechos demuestran lo contrario. Una de las excusas que damos los cristianos para no darle el primer lugar a Dios consta de una mal interpretada enseñanza, la cual señala que primero es el éxito , tal vez después la familia y por último la iglesia, pero no se dan cuenta que la iglesia tiene que ver con Dios y hay cosas que no se pueden saltear; por lo tanto, hay enseñanzas que debemos tener bien claras.
Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco acudió a la iglesia de San Giorgio de Asís para predicar durante la Cuaresma. Clara, después de escucharlo, sintió en su interior una llama que encendió su corazón y pronto le hizo suplicar a San Francisco que la ayudara a vivir también “según el modo del Santo Evangelio”. San Francisco, que enseguida reconoció en Clara una de esas almas escogidas destinadas por Dios para grandes cosas, prometió ayudarla y se convirtió en su guía espiritual.
La Biblia señala en Efesios 6:1 y 2: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Pero está claro que Dios es primero y que tú tienes que obedecerlo por sobre todas las cosas. Muchas veces, hay confusión en los hijos de los creyentes, quienes están concientes de que Dios los quiere en determinado lugar pero ellos en obediencia a sus padres y por honrarlos, no saben poner prioridades. Y así como la Biblia señala que tienes que honrar a tu padre y a tu madre, Jesús dice que cualquiera que deje a su padre, a su madre y hermanos por su nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Entonces, muchas veces las personas se encuentran en un aprieto y piensan: “¿Lo hago o no lo hago?” “No lo hago porque la Biblia dice que tengo que obedecer a mis padres”. No se entiende bien cómo funciona la cosa y yo te voy a decir cómo es: Cuando la Biblia dice que primero es Dios, ¡primero es Él!
Así Clara ante la posición de sus padres a seguir su llamado a servirle solo a Dios, huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula (Italia), donde entró a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Clara prometió obedecer a San Francisco en todo. Tiempo más tarde ella y sus seguidoras se trasladaron al convento de San Damián, donde la santa permaneció 41 años hasta el día de su muerte.
Santa Clara y San Francisco de Asís fundaron la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas. Esta muchacha de dieciocho años, la incondicional discípula de San Francisco, inicia con su monasterio una cadena interminable de conventos donde se encerrarán tantas y tantas jóvenes generosas, sin más ilusión que vivir para su Esposo Jesucristo en oración continua.
Francisco la quiere tanto, y la ve tan llena de Dios, que más de una vez le consulta sus dudas. Sobre todo cuando Francisco se está preguntando con angustia, porque no ve claramente la voluntad de Dios
En la Audiencia General del 15 de septiembre de 2010, el Papa Benedicto XVI afirmó que “para Clara, sobre todo al principio de su experiencia religiosa, Francisco de Asís no solo fue un maestro cuyas enseñanzas seguir, sino también un amigo fraterno”.
Es la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres, Benedicto XVI indicó que “Clara fue la primera mujer en la historia de la Iglesia que compuso una Regla escrita, sometida a la aprobación del Papa, para que el carisma de Francisco de Asís se conservara en todas las comunidades femeninas que ya se iban fundando en gran número en su tiempo y que deseaban inspirarse en el ejemplo de Francisco y de Clara”.
Su decisión de escribir una regla fue una desviación radical de las normas religiosas de su tiempo. Solo después de insistir, el Papa Inocencio IV lo aprobó dos días antes de la muerte de Clara, el 11 de agosto de 1253.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.