Siguiendo con la Homilia del papa Francisco en la Vigilia Pascual, meditemos en este texto: “
En esta Galilea experimentamos el asombro que produce el amor infinito del Señor, que traza senderos nuevos dentro de los caminos de nuestras derrotas. Es así el Señor, traza senderos nuevos de nuestras derrotas. Él es así, y nos invita a ir a Galilea para hacer esto…”
No siempre reaccionamos igual ante la adversidad. Ni todas las personas la afrontan igual. La esperanza, entendida como una mirada al futuro confiando en que las cosas pueden cambiar y esperando acontecimientos positivos, se convierte en un factor de protección fundamental frente al estrés, la ansiedad y la depresión
Intentamos darle esquinazo a las desdichas, pero no es algo de lo que vayamos a poder escapar. A todas las personas nos golpean, sin excepción. Por lo tanto, no se trata de evitar fracasar o de no sentir dolor. Se trata de desarrollar nuestra capacidad de resiliencia, de sobreponernos de los embates de la vida
La esperanza se convierte en un pilar de fortaleza espiritual y psicológica, que surge cuando parece que las fuerzas nos abandonan, que nos impulsa a no tirar la toalla y a no abandonarnos a la apatía y el pesimismo
Confiar en Dios, en que las circunstancias no determinan definitivamente nuestro destino. Reconocer nuestras propias habilidades y recursos y en la Providencia Divina. Ser conscientes de El nos ha capacitado para sobreponernos y plantarle cara a la vida
Tener presente que siempre tenemos una parte de control en lo que nos sucede. Confiar en que podemos recuperar nuestra autoestima, encontrar fortaleza en nuestros valores y un nuevo sentido a la vida. Y que es posible perseverar en aquello que es importante para nosotros/as aunque el presente nos muestre su cara más hostil
Concluimos esta reflexión con el Papa Francisco: “Este es el primer anuncio de Pascua que quisiera ofrecerles: siempre es posible volver a empezar, porque siempre existe una vida nueva que Dios es capaz de reiniciar en nosotros más allá de todos nuestros fracasos. Incluso de los escombros de nuestro corazón, y cada uno conoce las miserias de nuestro corazón, Dios puede construir una obra de arte, aun de los restos arruinados de nuestra humanidad Dios prepara una nueva historia. Él nos precede siempre: en la cruz del sufrimiento, de la desolación y de la muerte, así como en la gloria de una vida que resurge, de una historia que cambia, de una esperanza que renace. Y en estos meses oscuros de pandemia oímos al Señor resucitado que nos invita a empezar de nuevo, a no perder nunca la esperanza.”
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.