Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, eso me llevó a reflexionar acerca cuál Santisima Trinidad celebramos, la imagen que veíamos de niños, o sí, el dogma fundamental del cristianismo. Consiste en la creencia de que Dios es uno y trino, es decir, es una unidad conformada por tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y ¿qué significa eso?
Yo quisiera reflexionar sobre la imagen que Paul Young en su libro La Cabaña, nos hace, entre otras cosas, sobre la Santísima Trinidad.
Libro que ha cambiado la vida de miles de personas, pero que también ha levantado criticas, que quisiera también exponer a fin de que usted querido lector decida con toda libertad a quién celebra hoy. Algunas críticas negativas como la de Patricia Fonseca en su articulo La Oscura Cabaña, en donde entre otras cosas afirma: “Muchos conocidos me decían “el problema del libro es cómo retrata la Trinidad”. ¿En serio? ¿Ese fue el único problema que encontraron?
Nos basta la introducción a ésta trinidad: una mujer de color que se goza en escuchar a West Coast Juice mientras pasa su tiempo horneando; una asiática que va de un lado a otro con hiperactividad y de un moderno carpintero a quien en algún momento del libro se le llama “feo”. ¿Si conocieras a Jesús le dirías que es feo? No lo creo.
Ésta es la trinidad de Paul Young, y puedo comprender que la “pintó” de ésta manera porque Mack necesitaba una figura materna, alguien que lo mimara, que le hiciera sentir amado y protegido. Pero si lo analizamos por un segundo (basta eso), ni Dios, ni Jesús ni el Espíritu Santo toman la forma humana que nosotros gustemos. Estamos rebajando la Plenitud de Dios a una imagen que nos resulte agradable, porque “es lo que necesitamos” para aceptarlo. ¡No! ¿En qué parte de la Biblia dice eso? ¿Dios tiene que moldearse a nuestros prejuicios para que lo podamos aceptar? Dios es quien nos acepta, no al revés.
Para Baxter Kruger, en su libro él Regreso a la Cabaña, criterio con el que les confieso yo decido celebrar hoy esta maravillosa Fiesta de la Santisima Trinidad; el libro no trata sobre el dios desaprobatorio de nuestras imaginaciones caídas; trata sobre el asombroso afecto del Dios Trino hacia los pecadores. Habla de la libertad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para amarnos y abrazarnos en nuestro terrible quebranto. Se refiere a la pasión resuelta de la Santísima Trinidad para liberarnos de nosotros mismo, para que podamos vivir siendo amados; porque somos amados. Pertenecemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; siempre ha sido asi y siempre será asi, aunque simplemente no podamos verlo.
No existe más bella imagen de la verdad sobre el Dios Trino que la escena en que Papá levanta a Mackenzie por los aires al darle el abrazo más grande en el universo…
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a quienes la Papá, Jesús y Sarayu, nos son mitos como Santa Claus, ni el Jesucristo blanco y de ojos azules, ni el ratón que se lleva los dientes de los niños. Son reales. Se acercan a nosotros en nuestro dolor; en nuestra rabia; en nuestra amargura y en nuestros resentimientos; en nuestra vergüenza; en nuestras relaciones desdichadas y destrozadas… para darnos vida u libertad por medio de su amor.
Te invito a meditar y tomar la decisión de con cuál imagen de la Santisima Trinidad , usted escoge celebrar hoy esta Fiesta.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia