?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/BpVLdybxXAA
- Tb 12, 1. 5-15. 20
- Sal 13
- Mc 12, 38-44
El relato de Tobías finaliza hoy con una importante exhortación: «Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los beneficios que os ha hecho».
Vemos en la primera lectura que Tobit y Tobías quieren pagar al arcángel Rafael, quieren ser justos, quiere cumplir su palabra y lo que ha acordado, incluso yendo más allá y reconociendo que el precio es exiguo en comparación con los servicios y desvelos obtenidos, arreglan pagarla más de lo acordado. Pero Dios, en la persona del arcángel, les deja boquiabiertos pues experimentan la generosidad de Dios, que no pide nada, que no recibe nada.
La viuda del evangelio ha entendido esa dinámica generosa de Dios, que da sin esperar nada a cambio, incluso renunciando a lo necesario, el que da lo que le sobra no es generoso, el que da por quedar bien y buscando que se lo agradezcan no es generoso, no ha entendido la dinámica en la que Dios se mueve, dinámica en la que ganarnos, ganarnos, nos ganamos más bien poco.
Nuestras vidas, con sus acontecimientos más dolorosos y también los más gozosos, están llamadas a ser bendición. En ellas –y no en la teoría, ni en lo abstracto, sino en lo concreto de cada biografía–, se manifiesta la presencia amorosa de Dios. Nuestras historias hablan, gritan, proclaman al mundo que Dios no abandona, que es el que está, el que siempre permanece. Y en el libro de Tobías, en concreto, se revela que la fidelidad, la entrega y el servicio tienen una razón de ser más valiosa que la gratificación y el reconocimiento inmediatos.
Y quisiera hacer énfasis hoy en la reflexión acerca de la certeza que debe estar siempre presente en nuestros corazones: Dios nunca nos abandona. Como narra hoy el texto de la primera lectura, Dios en esos momentos de fidelidad en la soledad, de entrega absurda, a veces humillante, y aparentemente sin sentido, Dios, por medio de su ángel, estaba presente, estaba viéndoles, estaba con Tobías y su familia.
Creer en los ángeles es creer en la cercanía de Dios y en las mil formas que tiene de ayudarnos en nuestro camino. Claro que Dios se nos ha manifestado sobre todo en Cristo Jesús: ahora, como Señor Resucitado, él es nuestro verdadero Pastor y Guía y Guardián. Ahora no haría mucha falta que Pablo se pusiera a defender la superioridad de Cristo sobre los ángeles, como en Col 2, o como lo tuvo que hacer el autor de la carta a los Hebreos.
Pero como al lado de Cristo estuvieron los ángeles, desde su nacimiento hasta su Pascua, en sus momentos de crisis y de victoria, la revelación y la liturgia nos quieren convencer de que también están en torno nuestro, misteriosamente, podríamos decir que como “los amigos del Novio”, ayudándonos y guiándonos de parte de Dios. Y tanto a lo largo de nuestra vida como sobre todo en el momento de nuestra muerte, el recuerdo de la presencia de los ángeles puede ser una válida ayuda para nuestro camino de fe.
El arcángel Rafael, del que nos habla la lectura hoy, representa la sanación y purificación del alma y el cuerpo. Guía al ser humano a dejar atrás todo lo negativo que ha acumulado a través de su vida y a aceptar “la curación de Dios”, como indica su nombre.
Rafael significa Medicina de Dios y se le suele representar en unión con Tobías, acompañándolo o librándolo del peligro del pez. … Cura la ceguera del padre (11, 11) y así manifiesta su carisma especial de ser medicina de Dios y patrono de los que cuidan enfermos.
“El Ángel – reafirmó el Papa Francisco en la celebración de Los Ángeles, está “para ayudarnos a no equivocarnos de camino y caminar por él”, pero se necesita nuestra oración, nuestra petición de ayuda:
Y dice el Señor: “Pórtate bien en su presencia”. El Ángel está acreditado, tiene autoridad para guiarnos. Hay que escucharlo. “Escucha su voz; no le seas rebelde”. Escuchar las inspiraciones, que siempre son del Espíritu Santo, pero es el Ángel quien nos las inspira. Y me gustaría preguntarles a todos: ¿Ustedes hablan con su Ángel? ¿Ustedes conocen el nombre de su Ángel? ¿Ustedes escuchan a su Ángel? ¿Se dejan llevar de la mano por el camino o que los impulsen para moverse?”
Nuestro Ángel no sólo está con nosotros, sino que ve a Dios Padre. Está en relación con Él. Es el puente cotidiano, desde la hora en que nos levantamos hasta la hora en que vamos a la cama y nos acompaña y está en una relación entre nosotros y Dios Padre. El Ángel es la puerta cotidiana a la trascendencia, al encuentro con el Padre: es decir, el Ángel me ayuda a caminar porque mira al Padre y conoce el camino. No olvidemos a estos compañeros de camino”.
La vida es precisamente un camino – observó el Papa – en el que debemos ser ayudados por “compañeros”, “protectores”, “brújulas humanas” que “nos custodian de los peligros” y de las insidias que podemos encontrar.
Palabra de Vida Mes de Junio 2021
““No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7, 21) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.