?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/DRZwCrnAXgc
- Zac 2, 5-9. 14.14
- Sal 31
- Lc 9, 43-45
Jesucristo es el medidor del que nos habla la primera lectura, nos indica el comentario de las Monjas Dominicas Contemplativas, y las medidas de la ciudad son perfectas, su longitud es igual a su altura y a su anchura, según nos narran también Ezequiel 41,13 y Apocalipsis 21,16. Este último, en ese capítulo 21, nos describe la belleza y el esplendor de la Jerusalén mesiánica, que es la Novia, la Esposa del Cordero, la Iglesia, nuevo pueblo de Dios.
Sin duda es esta una bella profecía que se cumplirá al final de los tiempos, pero que también se cumple ahora en la medida en que nosotros demos fe a su Palabra y dejamos que Él reine en nuestras vidas. Jesús nos dijo: el Reino de Dios está dentro de vosotros. Son muchos “los cuernos” las fuerzas del mal que intentan invadir el Reino que Él asentó en nuestro corazón: la soberbia, el orgullo, la avaricia, la ira, la envidia, la lujuria, la gula, la pereza. Esas fuerzas no podemos vencerlas por nosotros mismos. Necesitamos al “Artesano Carpintero” que construya la muralla de fuego en tornoy que habite dentro de nosotros SIEMPRE. Nuestro corazón es ya para Él Jerusalén, su morada, la Esposa, que acoge a todos, sin excluir a nadie. Alégrate y goza, yo habito dentro de ti.
En el evangelio que acabamos de leer nos dice que Cristo provoca una “admiración general”. Esto podría llevar a sus discípulos a pensar que la misión de su Maestro se iba a realizar con el aplauso y la admiración del mundo. Pero no es ese el camino escogido por Dios. Y quiere dejárselo claro, por eso les dice “meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”. La redención del género humano se hará a través de esta “entrega” y ellos participarán de ella.
Pero nosotros preferimos quedarnos con los milagros, y olvidarnos de Su Palabra de vida, que, no obstante, pasa por la cruz y el sufrimiento.
No, no entendemos este lenguaje. No entendemos que el que quiera ganar su vida la perderá.Que el que quiera ser el primero sea el último de todos y el servidor de todos.No entendemos su programa de vida que no es otro que las bienaventuranzas. En ellas, nuestro mundo, nuestro concepto de vida feliz, se pone al revés, pues son dichosos los pobres de espíritu, los que lloran, los pacíficos, los que saben perdonar, los limpios de corazón, los perseguidos y los que tienen hambre y sed de justicia.
También a nosotros este lenguaje nos resulta oscuro y nos da miedo preguntarle sobre el asunto. Preferimos pasarlo por alto y anestesiarnos con nuestros conceptos de felicidad, de grandeza y de poder.
Nos explica el Papa Francisco: “En verdad, también Jesús le tenía miedo; pero «Él —explicó el Pontífice— no podía engañarse. Él sabía. Y era tanto el miedo que esa tarde del jueves sudó sangre». Incluso le pidió a Dios: «Padre aleja de mí este cáliz»; pero, agregó, «que se cumpla tu voluntad. Y esta es la diferencia. La cruz nos da miedo».
Esto es también lo que sucede cuando nos comprometemos en el testimonio del Evangelio, en el seguimiento de Jesús. «Estamos todos contentos», hizo notar el Papa, pero no nos preguntamos más, no hablamos de la cruz. Sin embargo, continuó, como existe la «regla que el discípulo no es más que el maestro» —una regla, precisó, que se respeta— existe también la regla por la que «no hay redención sin derramamiento de sangre». Y «no hay trabajo apostólico fecundo sin la cruz». Cada uno de nosotros, explicó, «puede tal vez pensar: ¿a mí qué me sucederá? ¿Cómo será mi cruz? No lo sabemos, pero estará y debemos pedir la gracia de no huir de la cruz cuando llegue. Cierto, nos da miedo, pero el seguimiento de Jesús acaba precisamente allí. Me vienen a la mente las palabras de Jesús a Pedro en aquella coronación pontificia: «¿Me amas? Apacienta…. ¿Me amas? Apacienta… ¿Me amas? Apacienta ». (cf. Juan 21, 15-19). Y «las últimas palabras eran las mismas: te llevarán allí donde tú no quieres ir. Era el anuncio de la cruz».
Es precisamente por esto —dijo como conclusión el Santo Padre, volviendo al pasaje evangélico de la liturgia — que «los discípulos tenían miedo a interrogarle.
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2021
“El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9, 35) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.