?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Es 37, 21-28
- Sal 31
- Jn 11, 45-56
La primera lectura de hoy, nos indica que Dios le dio a Ezequiel un mensaje claro y reconfortante para que se lo comunicara a los israelitas que estaban en el exilio: “Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los israelitas… para llevarlos a su tierra.” No lo harían los reyes de los países donde fueron exiliados, ni los dioses de esos gobernantes; lo haría personalmente el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, porque solamente él tiene el poder para renovar y reconstruir su pueblo. Y les promete: “Voy hacer con ellos una alianza eterna de paz,… Yo voy a ser su Dios y ellos serán mi pueblo.
Las palabras de Ezequiel son para nosotros también. Dios está con nosotros, con su mirada amorosa y él ha extendido su mano para rescatarnos. Esas “tierras extranjeras” son, a veces, las malas amistades que nos llevan lejos del Señor, nos dan mal ejemplo o nos incitan abiertamente al pecado. Sin prisa pero sin pausa, el Señor nos llama pidiéndonos que salgamos de esas tierras extranjeras de pecado e idolatría y regresemos a su lado.
El evangelio de hoy nos muestra cómo la muerte de Jesus es tramada por los sumos sacerdotes porque no entienden su mensaje y porque para ellos su mensaje representa una amenaza.
Nos enseña que el Papa Francisco: “Esta historia de persecución, de incomprensión, continúa desde el tiempo de los profetas hasta hoy. Este, por lo demás, es también el camino del Señor, el camino de quienes siguen al Señor. Un camino que termina siempre como para el Señor, con una resurrección, pero pasando por la cruz.
Así, pues, no tengan miedo a las persecuciones, a las incomprensiones, incluso si por causa de ellas siempre se pierden muchas cosas.
Para los cristianos siempre habrá persecuciones, incomprensiones. Pero hay que afrontarlas con la certeza de que Jesús es el Señor y éste es el desafío y la cruz de nuestra fe.
Mes de abril
Evangeliza en todo el mundo
Planta algunas semillas de fe especialmente entre tus amigos y familiares. Con tu testimonio de conversión podrás sembrar esperanza y amor en el prójimo, no te olvides que debes ser reflejo del amor, perdón y compasión del Señor.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.