?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Gen 32, 22-32
- Sal 16
- Mt 9, 32-38
Debemos aprender de este gran Patriarca Jacob a ponernos en las manos de Dios y orar con el salmo que hoy se nos regala. “Atiéndeme, Dios mío y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia”
La vida de fe de Jacob como la de cualquiera de nosotros, es un combate, el combate espiritual como dirían los antiguos. Una lucha que se desarrolla en la noche, la noche de la fe, y que se nos desvela “al rayar el alba…No te soltaré hasta que me bendigas…” Esto es lo que hace a Jacob vencedor en todas sus luchas, que siempre ha tomado las armas de Dios, es decir: LA BENDICIÓN, el saberse en sus manos, protegido, y confiar en su poderosa fuerza más que en sí mismo.
El evangelio nos sigue llamando a asumir la misión de trabajar para expandir el Reino. A deshacernos de nuestra condición de mudos, obra del mal que le sirve que estemos mudos y tomar, entonces, el control de nuestra vida.
Otras veces el mal actúa desacreditando y desprestigiando a quien hace el bien. Cuántas veces, inclusive, hemos actuado como los fariseos, vemos la obra del Señor y dudamos que sea su poder.
Y amorosamente ante estas actitudes, Jesus se compadece porque sabe que como aquella multitud, somos como ovejas sin Pastor, extenuadas, desorientadas, con hambre y miedo.
Nos dice el Papa Francisco: “…Esta gente lo ha seguido siempre para escuchar su palabra – ¡una palabra que daba esperanza! Las palabras de Jesús dan siempre esperanza. Y también para tocar incluso sólo un borde de su manto. Jesús mismo buscaba a estas multitudes cansadas y agobiadas como ovejas sin pastor y las buscaba para anunciarles el Reino de Dios y para curar a muchos en el cuerpo y en el espíritu. Ahora los llama a todos a su lado: “Venid a mí”, y les promete alivio y consuelo…”
Sometamos nuestro ser al poder del Señor para que El, como nuestro Pastor, nos acoja, nos capacite y nos libere del poder del mal y dar gloria a Dios en nuestro entorno, dando testimonio de coherencia con lo que pensamos, hacemos y decimos.
Jesus acude a sus discípulos, no a los apóstoles. Sino a aquellos que lo seguían y creían el El como su Maestro, hoy cada uno de nosotros, y nos llama a trabajar en la expansión de su Reino. ¡ Esta es nuestra misión!
Mes de junio
Sirve a los demás como a ti mismo
Conviértete en un mayordomo de tu propia vida. Trátate con cariño, eres un hijo de Dios. Alimenta tu alma y espíritu con cosas sanas y sírvete del mejor plato: el Amor de Dios.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.