https://youtu.be/ubhAvepBKy4
- Ti 2, 1-8. 11-14
- Sal 36
- Lc 17, 7-10
Hoy en la liturgia el Señor nos invita a realizar nuestras tareas diaria viendo su bondad y su misericordia , a vivir de manera sobria, justa y fiel a Dios, haciendo nuestros quehaceres con la alegría de no solo contribuir a la comunidad, sino construir un mundo mejor, poniendo en práctica los dones y talentos que nos ha regalado.
Así, Pablo en la primera lectura, nos brinda una serie de consejos que nos hacen ver que la vida cristiana es precisamente eso: Un estilo de vida, una forma concreta de pensar y de relacionarse con los demás. Por ello, cuando el cristiano no vive de acuerdo a este estilo de vida, que sin lugar a dudas es producido e impulsado por el Espíritu Santo, puede dar pie a que los que no conocen o no aman a Jesús, murmuren, no solo contra nosotros, sino contra la eficacia del poder y del amor de Dios.
Finalmente, el Apóstol proclama el himno de la gracia y benevolencia divinas. Dios ofrece la salvación en Jesucristo a todo ser humano sin distinción de personas, de situación social o de raza. Este amor de Dios que desborda cualquier expectativa humana invita a cada persona a abrirse a esta llamada amorosa. Desde esa invitación y con la fuerza de la gracia, los cristianos deben hacer visible su vocación mediante las buenas obras.
El Salmista nos insta a poner nuestra esperanza en Dios, a buscarlo con alergia y vivir tranquilos en esta tierra.
Y Jesús, en el texto del Evangelio, invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre» (Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.
Para el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni desgana, sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el Evangelio.
El papa Francisco, comentando esta lectura, dijo: “Jesús nos enseñó que “el líder llega a ser el que sirve” y que “si alguien será el primero, debe ser el sirviente de todas las personas”. Así, Jesús trastorna los valores de lo mundano. No es coincidencia que cuando servimos libremente al Señor, sintamos una paz más profunda. Es como oír otra vez al Señor diciendo: “¡Ven, ven, buen y fiel sirviente!”
Recordemos la Palabra de Vida de este mes: “Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”. Y se nos explica que la misericordia que nos llama a practicar, es “un amor que no mide, abundante, universal, concreto. Un amor que tiende a suscitar la reciprocidad, que es el fin último de la misericordia. Seamos los primeros en sentir piedad, compasión. Incluso si parece difícil y atrevido, preguntémonos frente a cada prójimo cómo se comportaría su madre con él. Es un pensamiento que ayuda a comprender y a vivir según el corazón de Dios”.
Pidamos al Señor poder decirle de todos corazón: “Soy un siervo inútil, he hecho lo que tenía que hacer”. Te pido, Señor, que nunca me crea que hago más por ti de lo que debería hacer, ni que te he pagado como mereces, ni que me he excedido en mi correspondencia.
Hacer lo que tengo que hacer. El deber de cada día no es una maldición ni una carga insoportable, siempre que lo viva poniendo amor. Así, en medio del deber, podré ser instrumento tuyo, Señor: sonreír a quienes tengo cerca, ofrecer mi trabajo por intenciones grandes, ayudar a quienes tienen más dificultades, perdonar a aquellos que me han hecho daño. Ayúdame a no vanagloriarme de las cosas que hago por ti: estoy pagándote con amor al gran amor que me muestras en cada instante. Que ame el deber, porque ahí estás, porque ahí te encuentro.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.espaciosagrado.com/node/186595
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=08-11-2022
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/PV-11-2022_doble.doc
Palabra de Vida Mes de Noviembre 2022
“Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.” (Mateo 5, 7) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.