https://youtu.be/vctKtlqsXc8
- Lev 19, 1-2. 11-18
- Sal 18
- Mt 25, 31-46
Quisiera comenzar esta reflexión con la Oración Colecta en la que pedimos al Señor conversión para que nos sean provechosas las practicas cuaresmales y con el Salmista que nos insta a que las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón, sean gratas al Señor. Y es que la liturgia de hoy nos recuerda que la Cuaresma es un tiempo de trabajo espiritual que nos ha de llevar a vivir de una manera más plena la vida evangélica, por eso en esta semana de Cuaresma, los textos nos invitan a preparar y a trabajar sobre un proyecto de vida que nos vaya conduciendo a la santidad o que logre que ésta continúe desarrollándose en nosotros.
Podríamos decir que toda la ley y todos los preceptos que Dios ha dado a su pueblo tienen como único fin, conducirlo a la santidad, de manera que la observancia de éstos manifiesta el estado de santidad que Dios quiere de cada uno de nosotros.
Es por ello, que en esta lectura. El Señor habla a Moisés y le da las directrices para que el Pueblo Elegido sea un fiel reflejo de Él. Le va desglosando los preceptos para alcanzar ese fin, se nos propone lo que está a la base de toda vida santa, y si nos fijamos bien todos van encaminados a dos cosas: La fidelidad a Dios (no profanar su Nombre con juramentos) y el respeto y amor a nuestro semejantes. Ese es el camino de la Santidad. No se trata de hacer grandes proezas, se trata de ser fieles y honestos en la vida cotidiana.
Pero, nNo podemos aspirar a cosas mayores cuando lo mínimo, lo básico, no lo estamos haciendo, el cumplimiento de la Ley de Dios. Es, pues, necesario que, antes de realizar cualquier proyecto, veamos en dónde estamos con respecto a los mandamientos. ¿Los estamos cumpliendo? Y este cumplimiento, ¿es hecho por amor?
Pensemos, pues, cuáles serían las primeras acciones concretas que tendríamos que realizar para que el o los mandamientos que no estamos observando puedan ser vividos en la alegría de Dios.
Dios no nos pide imposibles, Él nos hizo a su imagen y semejanza por eso nos dice que seamos santos porque Él es Santo. Y nos marca el sendero. Sendero que al final cierra con la clave de todo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” Algo que más tarde nos recordaría el mismo Cristo. En el amor a los demás, en la entrega por nuestros semejantes, se encuentra nuestro objetivo. Y en el amor a Dios, porque si le amamos a Él de corazón todo lo demás nos vendrá por añadidura. La piedra angular de la santidad, en definitiva, está en la Misericordia.
El Papa Francisco nos anima “a ser hermanos y amigos de los pobres, y a hacerles sentir que son importantes a los ojos de Dios. No olviden que son personas, no números, cada uno con su carga de dolor que a veces parece imposible de sobrellevar. Teniendo siempre presente esto, podréis mirarlos a la cara, mirarlos a los ojos, estrecharles la mano, ver en ellos la carne de Cristo”
Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja tu propia condición». No hacer una cosa que hay que hacer, en servicio de los otros hijos de Dios y hermanos nuestros, supone dejar a Cristo sin estos detalles de amor debido: pecados de omisión.
El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et spes, al explicar las exigencias de la caridad cristiana, que da sentido a la llamada asistencia social, dice: «En nuestra época, especialmente urge la obligación de hacernos prójimo de cualquier hombre que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de un anciano abandonado por todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se ve expuesto a pagar sin razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento que apela a nuestra conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor: ‘Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)».
Recordemos que Cristo vive en los cristianos… y nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Vivimos en un mundo que va muy deprisa, siempre andamos atentos a nuestros quehaceres, a las últimas noticias, a lo que está o no de moda y parece que no tuviéramos tiempo para los demás, los que de verdad nos necesitan ¿No será porque no tenemos en el centro de nuestra vida a Dios? ¿No será porque no amamos en el sentido evangélico? Les propongo que al hilo de esta Lectura reflexionemos sobre las prioridades de nuestro corazón.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Dia.
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/03/07/lunes-7-de-marzo-de-2022-las-obras-de-misericordia/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Marzo 2022
«Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mc 6, 12) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/02/27/marzo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.