?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/saXBFng9ttQ
- Col 1, 24-2,3
- Sal 61
- Lc 6, 6-11
En la liturgia de hoy, Pablo nos centra en Cristo como plenitud de la revelación y el pasaje del Evangelio, lo presenta con toda claridad y con las consecuencias que trae consigo. Más allá del milagro y el reto a los fariseos, Jesús muestra que es la Ley y tiene el poder. Su ley es la misericordia y su poder es hacer el bien. Y eso es lo que Dios quiere, su voluntad.
Y es que este hermoso pasaje de San Pablo que nos presenta la primera lectura, sirve no solo para animar a aquellos que están pasando por una situación difícil en su vida (dolor, enfermedad, dificultad económica, o moral), sino para invitarnos a unir nuestro sufrimiento al sufrimiento de Cristo.
San Pablo mismo, sujeto a toda la debilidad humana, experimenta en su propia vida y en su propio cuerpo las consecuencias de nuestra fragilidad, pero no deja que todo este dolor, todo este sufrimiento se desperdicie inútilmente, sino que lo ofrece en unión al de Cristo para que, como el de Cristo, sea un elemento de salvación para todo el pueblo. Y con esto no quiere decir que haya faltado algo a la pasión del Señor, la cual fue total, suficiente y definitiva para toda la humanidad. Con esta invitación pretende que en todo seamos uno con Cristo, es la invitación a participar no solo de la misión evangelizadora de Jesús sino, incluso, de su misma misión salvífica realizada en la cruz.
En esta misión salvífica contamos con la presencia del Señor en todo momento y como nos dice el Salmista hoy Dios es nuestro refugio, podemos descansar en Dios porque solo él ,es nuestra esperanza; sólo él es nuestra roca y salvación, nuestro alcázar; por eso no debemos vacilar, sino confiad en él, desahogar ante él nuestro corazón.
Jesús nos da ejemplo de libertad, afirma el P. Julio César RAMOS González SDB, acerca del texto del evangelio. Tantísimo hablamos de ella en nuestros días. Pero, a diferencia de lo que hoy se pregona y hasta se vive como “libertad”, la de Jesús, es una libertad totalmente asociada y adherida a la acción del Padre. Él mismo dirá: «Os aseguro que el Hijo del hombre no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace el Hijo» (Jn 5,19). Y el Padre sólo obra, sólo actúa por amor.
El amor no se impone, pero hace actuar, moviliza devolviendo con amplitud la vida. Aquel mandato de Jesús: «Levántate y ponte ahí en medio» (Lc 6,8) tiene la fuerza recreadora del que ama, y por la palabra obra. Más aún, el otro: «Extiende tu mano» (Lc 6,10), que termina logrando el milagro, restablece definitivamente la fuerza y la vida a lo que estaba débil y muerto. “Salvar” es arrancar de la muerte, y es la misma palabra que se traduce por “sanar”. Jesús sanando salva lo que de muerto había en ese pobre hombre enfermo, y eso es un claro signo del amor de Dios Padre para con sus criaturas. Así, en la nueva creación en donde el Hijo no hace otra cosa más que lo que ve hacer al Padre, la nueva ley que imperará será la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que “inactiva”, incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.
Entonces, libertad y amor conjugados son la clave para hoy. Libertad y amor conjugados a la manera de Jesús. Aquello de «ama y haz lo que quieras» de san Agustín tiene hoy vigencia plena, para aprender a configurarse totalmente con Cristo Salvador.
Nos explica el Papa Francisco que “cuando un padre o una madre, o incluso simplemente personas amigas le llevaban un enfermo a Jesús para que lo tocase y lo curase, él no se entretenía con otras cosas; la curación estaba antes que la ley, incluso una tan sagrada como el descanso del sábado (cf. Mc 3, 1-6). Los doctores de la ley regañaban a Jesús porque curaba el día sábado, hacía el bien en sábado. Pero el amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien: y esto va siempre en primer lugar.”
Y nos comenta la Hna. Águeda Mariño Rico O.P. que las consecuencias de hacer el bien son esos pequeños y grandes milagros que sanan, liberan, recobran la dignidad humana…, y también alumbran oscuridades y destapan maldades. El hombre con la mano paralizada confió e hizo lo que Jesús le decía, y quedó curado. Aquellos otros que maquinaban el mal, tenían el corazón y la conciencia paralizados, pero no fueron capaces de extender su brazo, con el corazón en la mano, y dejarse curar. Se quedaron “ciegos de cólera”, con sus malas intenciones, alejados más que nunca de esa ley que supuestamente pretendían defender.
Busquemos cuáles son nuestras parálisis y dejémonos curar por Jesús, porque somos llamados a anunciar el Evangelio y hacer el bien, y para ello es necesario dejarse tocar por la misericordia de Dios.
Con la Oración Colecta, acudamos solícitos ante el Señor, para que todos los que creemos, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2021
“El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9, 35) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.