- Ba 1, 15-22
- Sal 78
- Lc 10, 13-16
Estamos en el mes de las Misiones y hoy la meditación de la liturgia, nos lleva a reconocer la importancia de escuchar, estudiar y compartir la Palabra de Dios, y así dejar que su mensaje llene nuestro corazón y nos haga conscientes de cuánto nos perdona y nos socorre Dios, como nos indica el Salmo. Cómo el Señor es tan Misericordioso que aunque, como nos dice el Profeta Baruc, “hemos pecado, no le hemos hecho caso; lo hemos desobedecido y no hemos escuchado su voz, ni hemos cumplido los mandamientos que El nos dio…, siguiendo las inclinaciones de nuestro persevero corazón, hemos adorado dioses extraños”, El no nos trata como merecemos y afortunadamente no nos va a dejar abandonados. Aunque nosotros fallemos Él no puede fallar. ¡Confiemos siempre en Él y lo encontraremos en nuestra vida!
El libro de Baruc fue escrito en los primeros años de la deportación del pueblo hebreo a Babilonia. Son tiempos dolorosos los que el pueblo vive lejos de su tierra, aparentemente abandonados de Dios y sometiéndose a las costumbres y prácticas religiosas de los babilonios. En este ambiente aparece Baruc y escribe este libro admonitorio, condenando el pecado cometido por el pueblo hebreo contra su Dios al someterse a los dioses de los pueblos captores.
Baruc nos presenta un Dios celoso y castigador de los desvíos del pueblo. Es el Dios del Antiguo Testamento que Jesús va a humanizar, va a quitar la carga negativa que implica al Dios castigador, para descubrirnos el rostro de un Dios que es capaz de hacerse hombre para ponerse al nivel de sus criaturas. El Dios que da premio o castigo inmediato de acuerdo con las obras de su criatura, de su obediencia o desobediencia, va a ser presentado por Jesús como un Padre que espera paciente, con la luz encendida para que el hijo díscolo pueda orientarse al volver, y perdona sin medida, una y otra vez sin descanso.
Esta lectura de hoy nos recuerda que sólo el que reconoce su debilidad puede pedir a Dios la fuerza para superarla; quien se siente perfecto vivirá siempre en la oscuridad de su pecado. Una de las gracias que tenemos que pedir con insistencia, es la humildad de reconocer que, a pesar de nuestros esfuerzos por ser mejores, aún estamos lejos de alcanzar la plenitud a la que Dios nos ha llamado.
“¡Ay de Ti, ciudad de Corozaín! ¡Ayude ti Tí, ciudad de Betsaida! Vemos que el texto del Evangelio comienza con una de las palabras más duras de Jesús sobre dos ciudades que no quisieron convertirse. Al mismo tiempo el Señor mismo abre su corazón y nos lo muestra ardiendo en amor por cada ser humano en el mundo.
Afirma el Papa Francisco: “El único deseo de Dios es salvar a la humanidad, pero el problema es que a menudo el hombre quiere dictar las reglas de la salvación. Es la paradoja dramática de tantas páginas de la Biblia que llega a su culmen en la vida terrena de Cristo.”
Jesucristo no se cansa de llamar a sus hijos, pero le duele que no reconozcamos su amor. Es Él quien nos pide las migajas de nuestro amor porque sabe que no podemos dar más. Y en el fondo, tampoco nos pide mucho, sólo quiere que nos dejemos amar por Él. Precisamente porque obró muchos milagros en Corozaím y Betsaida, por eso les echa en cara su falta de fe. No correspondieron a todo lo que Jesús les dio. Hizo milagros, predicó, sanó enfermos, pero no supieron que era el Mesías quien los visitaba. Lo tuvieron como un gran hombre, pero no le permitieron cambiar sus corazones.
Cuantas veces nosotros, que hemos sido educados en un ambiente cristiano, desoímos las peticiones del Maestro y nos alejamos de sus caminos. Como hicieran en su día Corozaín y Betsaida, nosotros cerramos los ojos, los oídos, el corazón, al mensaje que Jesús nos dirige y nos vamos por otros derroteros que merecen las condenas de Jesús, sobre todo las que recibe Cafarnaúm. Tal vez porque aún nos falta mucha fe, porque no nos arrepentimos de las veces que le ofendemos y porque no sentimos su dolor ni hacemos caso a sus ruegos.
¿No podemos conmovernos ante tanto amor?
¿Cuántas veces, pagados de nuestra importancia y seguros de estar en posesión de la verdad, pensamos, hablamos y actuamos en contra del verdadero mensaje de Jesús? ¿Con cuánta frecuencia seguimos los pasos que nos alejan de los verdaderos mensajeros de Jesús? ¿No estaremos tratando de escalar el cielo hasta merecer la condena de Jesús?
Jesús al final del texto de evangelio nos dice: “El que los escucha a ustedes, a mi me escucha; el los rechaza a ustedes a mí me rechaza y el que me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado.” Una frase que nos hace meditar en este mes de las Misiones, un mes que, como les decía ayer en una reunión, que nos insta a renovar nuestra vocación cristiano-misionera, misión que adquirimos desde el bautismo. Dicho de otra manera, octubre misionero despierta y renueva la consciencia misionera de cada bautizado. Vale notar que todos los bautizados son misioneros de Jesucristo y el ser misionero es un compromiso bautismal. Hoy el Señor nos motiva con esta frase, sin duda alguna a misionar en dondequiera que estemos. No necesitamos tomar la mochila e ir al otro lado del mundo, aclaro, no estoy en contra de esto, les admiro. Pero los que no tenemos ese carácter, lo podemos hacer en nuestra familia, en nuestro barrio, en nuestro trabajo, en nuestro lugar de estudio, no precisa nada más que conocer de que la Palabra de Dios es para compartir y que eso también es misionar. Este Año el Papa Francisco, ha elegido un tema que se inspira en el relato de los discípulos de Emaús, en el Evangelio de Lucas (cf. 24,13-35): «Corazones fervientes, pies en camino».
“Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión con el Espíritu Santo, estén siempre con ustedes” Ef 13,13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=06-10-2023
- https://es.catholic.net/op/articulos/48745/cat/331/jesus-recrimina-a-las-ciudades-incredulas.html#modal
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/missions/documents/20230106-giornata-missionaria.html
Palabra de Vida Mes de Octubre 2023
“Pues lo del César devuélvanse lo al César y lo de Dios a Dios.” Mt22, 21 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.