?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Re 2, 1-4, 10-12
- Sal. 1 Cr 29
- Mc 6, 7-13
La primera lectura, nos muestra al Rey David que viendo llegar el momento de su partida a la Casa del Señor, se despide entregando a su hijo el pozo de sabiduría aprendida e interiorizada tras una larga vida de luces y sombras, de amor y de pecado; en ella ha experimentado con fuerza, al igual que Pablo de Tarso, que “sobreabunda la gracia allí donde abundó el pecado”. Por eso, lo que quiere dejar a Salomón, hoy también este legado aplica para nosotros: no logros, ni conquistas sino el tesoro de la fe en la misericordia infinita de Dios. Nos ofrece el horizonte de una vida que Dios mismo hace fecunda si es fiel al Señor y camina por sus sendas. Es una clara invitación a ser fiel y a obedecer, a vivir de una forma distinta, igual llamado nos hace el evangelio de hoy, en el que Jesus, llama y envía a sus discípulos, en ese entonces; igual que hoy nos da tambien a nosotros, poder y autoridad y nos pide ir ligeros de equipaje sin seguridades humanas, ni derroche material, solo con “un bastón, sandalias y una única túnica “, o sea como nos dice el Papa Francisco acerca del anuncio del Evangelio: “…este debe ser anunciado en pobreza, porque la salvación no es una teología de la prosperidad. Es solamente y nada más que el buen anuncio de liberación llevado a todo oprimido.
Ésta es la misión de la Iglesia: la Iglesia que sana, que cura. Algunas veces, he hablado de la Iglesia como hospital de campo. Es verdad: cuántos heridos hay, cuántos heridos. Cuánta gente necesita que sus heridas sean curadas.
Ésta es la misión de la Iglesia: curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, que Dios perdona todo, que Dios es Padre, que Dios es tierno, que Dios nos espera siempre.
Desviar de la esencialidad de este anuncio abre al riesgo de tergiversar la misión de la Iglesia, por lo cual el compromiso profuso para aliviar las diversas formas de miseria se vacía de la única cosa que cuenta: llevar a Cristo a los pobres, a los ciegos, a los prisioneros.
En el Evangelio de hoy, los discípulos vuelven felices de su misión y Jesús los lleva a descansar un poco, pero no les dijo: “pero ustedes son grandes, en la próxima salida organicen mejor las cosas…” Solamente les dice: “Cuando hayan hecho todo lo que deben hacer, díganse a sí mismos: somos siervos inútiles”.
Éste es el apóstol. ¿Y cuál sería la gloria más grande para un apóstol? “Ha sido un obrero del Reino, un trabajador del Reino”. Ésta es la gloria más grande, porque va en este camino del anuncio de Jesús: va a curar, a custodiar, a proclamar este buen anuncio y este año de gracia. A hacer que el pueblo encuentre al Padre, a llevar la paz al corazón de la gente”
Recordemos esta frase de la Palabra de Vida de este mes (ver en texto abajo) “Dios confía en el hombre y no actúa sino con su contribución, su libre sí”, por eso con el salmista bendigamos al Señor, Dios nuestro… de tu mano proceden la gloria y la fortaleza.
<
p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>
Mes de Febrero
Intención de oración universal
Escuchar los gritos de los migrantes.
Recemos para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal sea escuchado y considerado.
Palabra de Vida .
“Creo, ayúdame porque tengo poca fe’” (Marcos 9, 24)
El Evangelio presenta una paradoja: reconocer nuestra debilidad, los límites y las fragilidades como punto de partida para entrar en relación con Dios y participar con él en la tarea más grande, la fraternidad universal.
Dios confía en el hombre y no actúa sino con su contribución, su libre sí.
Creer y sentirse mirados y amados por Dios es saber que toda oración nuestra, toda palabra o gesto, todo advenimiento triste, alegre o indiferente, toda enfermedad… todo es visto por Dios. Y si Dios es amor, la confianza en él es la lógica consecuencia.
Y luego, a fuerza de amar, nuestra fe se volverá inquebrantable, muy sólida. No solo creeremos en su amor, sino que lo sentiremos de manera tangible en nuestro ánimo y veremos realizarse ‘milagros’ a nuestro alrededor”.
https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
? ?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.