?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Iss 29, 17-24
- Sal 26
- Mt 9, 27-31
El Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo para traerle La Paz y la vida eterna, proclamamos con la Antifona de entrada hoy, y es el espíritu propio que debemos vivir en el Adviento.
Nuestra preparación a la Navidad, a la fiesta en la que el Dios que salva se hace hombre, debe forzosamente incluir una vitalización de nuestra fe en el Dios que no nos abandona, sobre todo en los momentos difíciles como nos muestra el profeta Isaías hoy. Pronto, muy pronto”…, la vida de los hombres será la que proclama hoy el profeta Isaías; nuestro Dios quiere infundirnos el optimismo. El optimismo vital, para que vivamos con la convicción de que el bien va a triunfar sobre el mal, la bondad sobre la maldad, por eso hoy con el Salmo decimos desde lo profundo de nuestro ser: “El Señor es mi luz y mi salvación, a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, quién podrá hacerme temblar?
Jesus ten compasión de mi!, es el clamor de los ciegos, y debe ser, nos indica el padre Yepes en el audio, nuestro clamor al Señor, pues nuestra relación con el Señor, es precisamente esto, una relación humilde y confiada desde mi criaturidad con el Creador.
Nos dice el Papa Francisco, acerca del Evangelio de hoy: “La oración es un grito que no teme molestar a Dios, hacer ruido, como cuando se llama a una puerta con insistencia. He aquí, el significado de la oración dirigida al Señor con espíritu de verdad y con la seguridad de que Él puede escucharla de verdad…Jesús nos dice: PEDID… Pero también nos dice: ¡llamad a la puerta! Y quien llama a la puerta hace ruido, incomoda, molesta. Precisamente éstas son las palabras que Jesús usa para decirnos cómo debemos rezar. Pero éste es también el modo de oración de los necesitados que vemos en el Evangelio.
Así, los ciegos se sienten seguros de pedir al Señor la salud, de tal manera que el Señor pregunta: “¿Creéis que yo puedo hacer esto?”. Y le responden: “Sí, Señor. ¡Creemos! ¡Estamos seguros!”. He aquí, las dos actitudes de la oración: es expresión de una necesidad y es segura.
La oración es necesaria siempre. La oración, cuando pedimos algo, es expresión de una necesidad: necesito esto, escúchame Señor. Además, cuando es auténtica, es segura: escúchame, creo que tú puedes hacerlo, porque tú lo has prometido…
Cuando rezamos, es el Señor mismo quien nos pregunta: “¿Tú crees que yo pueda hacer esto?”. Un interrogante del que brota la pregunta que cada uno debe hacerse a sí mismo: “¿Estoy seguro de que Él puede hacerlo? ¿O rezo un poco pero no sé si Él lo puede hacer?”.
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p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>La respuesta es que Él puede hacerlo, incluso el cuándo y el cómo lo hará no lo sabemos. Precisamente ésta es la seguridad de la oración.”
Mes de diciembre
Servir, servir y servir
/Mantén vivo siempre en tus pensamientos la idea de que eres un servidor de los demás. Sirviendo a los demás con amor y alegría consolidas y aumentas la virtud de la Humildad. Recuerda que Dios “miró la pequeñez de su esclava” y “enaltece a los humildes de corazón”
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.