https://youtu.be/VBCz9zO7WUM
- Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
- Sal 22
- Jn 8, 12-20
La liturgia de hoy nos habla de libertad, sanación y luz. Luz que ilumina nuestra vida, faro que nos guia en el camino . El es la roca firme en quien podemos poner nuestra confianza en todo momento y el Padre Misericordioso que nunca nos falla como nos lo muestra la primera lectura en la que Susana se convierte así en un referente para todos los creyentes, para reivindicar la virtud por encima del interés o del propio afianzamiento. Susana es ejemplo de virtud, de fe y confianza en el Señor.
El primer detalle de este texto que debe llamar nuestra atención es que los ancianos no tienen nombre, y es que el que está dominado por el pecado pierde su propia identidad, en el relato del Hijo pródigo este hecho se expresaba poniéndole al nivel de los animales, pues quería comer de lo que comían los cerdos. Hoy se expresa en la ausencia de nombre. Sin embargo la virtud sí tiene nombre, la honradez, la honestidad, la valentía tiene un nombre: Susana. Cuando nosotros pecamos perdemos igualmente nuestra identidad, nos convertimos en esclavos, perdemos nuestra libertad.
Al ir llegando al final de nuestra cuaresma, qué bueno sería que cada uno de nosotros haya progresado lo suficiente en su proceso de conversión que lo lleve a tomar la decisión de no pecar más. Si bien es cierto que esto no depende exclusivamente de nuestras fuerzas, pues siempre el pecado será más fuerte que nosotros, pero con la gracia de Dios: sí es posible. Una de las razones por las que no se avanza en el camino de la gracia es el hecho de no haber tomado la resolución concreta y decirle a Dios: “Con tu gracia no volveré a pecar NUNCA MAS”.
Esta decisión es la más importante de nuestra vida, pues es la que nos separa de la felicidad del Reino. Ciertamente que el decir “no pecaré más”, implica el dejar muchas o algunas cosas que nos atraen e incluso nos fascinan; pero si en verdad queremos ser santos y vivir la plenitud del amor de Dios, no queda otro camino. ¡Decídete!
Otro aspecto al cual reflexionar en este texto de Daniel es como la verdad, una palabra tan prostituida, que se abusa de ella sin el menor escrúpulo, resulta edificante ver cómo dos maestros de la tergiversación y de la mentira caen víctimas de sus propios ardides. La verdad no es como el chicle que se da de si a nuestro antojo, la verdad es una arma muy poderosa, pero hoy, con tal de vitarla nos hemos inventado la posverdad, es decir, hemos disfrazado el pecado de la mentira con un eufemismo que nos hace sentirnos cómodos, seguramente aquellos dos ancianos también hubiesen aceptado gustosos un arreglo de este tipo, pero, el problema de la verdad es que siempre se impone, la verdad siempre vuelve, la verdad siempre es nuestra mejor aliada, incluso cuando, como a Susana, la victoria parezca en primer lugar un absoluto fracaso.
Y la Verdad es el Señor, él lo dijo: o Soy el Camino, la Verdad y la Vida, Jn 14,6, por eso con el Salmista podemos decir que a nada tememos porque el Señor está con nosotros.
El gran problema que nosotros tenemos es que no conocemos al Señor entonces no confiamos en El, por eso el texto del Evangelio afirma: “si me conocieran a mí también conocerían al Padre…”
¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Unicamente a través de Jesús. El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre. Al unir nuestras vidas a la de El, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos. Jesús es la imagen visible, tangible, del Dios invisible. Es la revelación completa de lo que es Dios. Jesús explicó a Felipe, el que deseaba ver al Padre, que conocerlo a El equivalía a conocer a Dios. La búsqueda de Dios, de la verdad y de la realidad, conducen a Cristo. (Véanse también Col 1:15; Heb 1:1-4.; 14.12, 13 )
Pero además nos dice hoy: “Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida.” Si echamos una mirada nos daremos cuenta que las nubes del materialismo han cubierto el horizonte cultural. La luz penetra cada vez menos. La esperanza parece menguar. En medio de la oscuridad brillan pequeñas lucecitas. Son luciérnagas. Fugaces momentos de felicidad que el mundo da. Así paga el mundo a los que le sirven. Les promete felicidad y diversión, y se los concede. Pero un instante, un suspiro; y después, la oscuridad.
Afirma el Papa Francisco: “No es fácil vivir en la luz. La luz nos hace ver tantas cosas feas dentro de nosotros que no queremos ver: vicios, pecados. Pensemos en nuestros vicios, pensemos en nuestro orgullo, pensemos en nuestro espíritu mundano: estas cosas nos ciegan, nos alejan de la luz de Jesús. Pero si nos ponemos a pensar en estas cosas, no encontraremos un muro, no: encontraremos una salida, porque el mismo Jesús dice que él es la luz y: “Yo vine al mundo, no para condenar al mundo, sino para salvar al mundo” (Juan 12,46-47). Jesús mismo, la luz, dice: “Ten ánimo: déjate iluminar, déjate ver por lo que tienes dentro, porque soy Yo quien te saca adelante, para salvarte. No te voy a condenar, quiero salvarte”
Bibliografía:
- https://es.catholic.net/op/articulos/14368/cat/565/-si-me-conocierais-a-mi-conoceriais-tambien-a-mi-padre.html#modal
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/04/04/manipuladores-de-la-verdad/
- https://www.bibliatodo.com/comentariobiblico/v=RVC&co=diario-vivir&l=juan&cap=14
- Píldoras deFe.com
Palabra de Vida Mes de Abril 2022
“ Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Marcos 16, 15) https://ciudadnueva.com.ar/abril-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.